Los fragmentos incandescentes que arroja el volcán Popocatépetl pueden alcanzar distancias de hasta 10 kilómetros en una fase de mayor actividad, ante lo cual, es fundamental que se respete el radio de 12 kilómetros.
Ana Lillian Martin Del Pozzo, investigadora del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) e integrante del comité científico asesor del volcán del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), explicó que, a partir del pasado sábado 20 de mayo, el coloso empezó a arrojar ceniza que es producto de explosiones que se presentan en su interior.
Al impartir la conferencia “La situación actual de la emisión de ceniza del volcán Popocatépetl” en el Salón de Proyecciones del edificio Carolino de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la especialista resaltó que la ceniza que arroja el coloso cambió a partir del pasado fin de semana y se compone por material que se encontraba a una mayor profundidad.
Destacó que el material volcánico que está arrojando Don Goyo, como se conoce al volcán en comunidades aledañas, se compone por cristales y gases que estaban en zonas profundas, situación que es muestra de una mayor actividad interna.
“Cuando se compacta y viene más gas, explota y lo hace pedacitos. Estos son pedacitos que teníamos hasta la semana pasada. Pero, a partir del sábado, ya no tenemos lo mismo. Sí tenemos cristales, pedacitos, pero tenemos este material que tiene estos huequitos que están asociados a gas. Este material muestra que ha subido y, tenemos otros indicios de las minas de gas, que ya subió el material con más gas, el que estaba más profundo”, apuntó.
La etapa actual del coloso ubicado entre los estados de Puebla, Morelos y el Estado de México es similar a la que ya se ha presentado en el pasado; sin embargo, todavía no se puede determinar el momento en que concluirá y se puede alargar por varias semanas.
Destacó que la caída de ceniza del volcán Popocatépetl está generando enfermedades respiratorias, infección de ojos, dolor de garganta e irritación en la piel de los habitantes de las poblaciones que se ubican en zonas aledañas.
Ante el cambio de la Alerta Volcánica de Amarillo Fase 2 a Fase 3, por el incremento de actividad volcánica, la emisión de gases y la expulsión de ceniza, se realizó un estudio a 700 pobladores de zonas aledañas, entre los 13 y más de 60 años de edad.
“La variante que analizó la irritación en los ojos afectó en su mayoría a población desde los 25 a los de 60 años y más; mientras que los jóvenes de 13 a 24 años de edad presentaron menos casos. En el síntoma de dolor de garganta por la caída de ceniza las personas más afectadas fueron a partir de los 18 a 39 años de edad, seguido de las personas de 40 a más de 60 años; y entre los menores de 13 a 17 años no se registraron muchos casos”, detalló la investigadora.
A la par, en la investigación se detectó que los pañuelos, rebosos, cubrebocas en forma de concha y los de una capa de color azul son menos eficaces para cubrir de la caída de ceniza; en cambio, los tricapa son más seguros para la salud, destacó Martin Del Pozzo.
ERV