La presencia de militares armados en las instalaciones de la Universidad de Guadalajara, así como la ponencia de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Loretta Ortiz, para defender la reforma judicial impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, provocó la indignación de la comunidad estudiantil. En un centro educativo con una memoria histórica de protesta y reconocimiento nacional por sus formas de movilización, este acto fue percibido como una afrenta.
La ministra Ortiz llegó a Guadalajara como parte de un tour nacional en el que diversos ministros de la SCJN buscan promover la reforma judicial. Dicha reforma pretende que magistrados, jueces y ministros sean elegidos por voto popular, una medida aprobada recientemente en el Congreso Federal con el apoyo de Morena y sus aliados. Ortiz, considerada cercana a López Obrador, estaba exponiendo las bondades de esta reforma en la biblioteca Juan José Arreola, cuando fue interrumpida por el descontento estudiantil.
“Ministra, ¿Cómo es posible que diga que todo esto va ayudar a la justicia? ¿Cómo nos asegura la imparcialidad de los comités que van a elegir a los jueces, si usted misma, que es ministra de la Suprema Corte ha marcado su partidismo? Usted ha dicho que es de Morena. ¡Quiero que me conteste!”, cuestionó la estudiante.
Su intervención desató una oleada de protestas que obligó a suspender el acto. Los asistentes al evento se levantaron de sus asientos y comenzaron a gritar durante más de cinco minutos: “Loretta no eres bienvenida”, “Juez votado, ministro asegurado”, “La justicia no se vota”.
La situación se volvió aún más tensa cuando se captó la presencia de un militar armado con una metralleta tipo Uzi, vigilando una salida cercana por donde la ministra Ortiz acabó huyendo del lugar. La imagen de un soldado en el recinto universitario, durante un acto que pretendía convencer sobre los beneficios de una reforma constitucional, fue percibida por la comunidad como una clara violación a la autonomía universitaria y un intento de intimidación.
En medio del ambiente beligerante, un grupo de hombres vestidos de civil y con el cabello al ras impidió a los estudiantes acercarse a la ministra. Aunque los alumnos lograron registrar en video lo acontecido, se evidenció que la situación ya era incontrolable. La ministra desapareció escoltada por estos hombres y los soldados presentes.
¿Cuál fue la postura por parte de la universidad?
En un primer momento, las autoridades universitarias negaron la presencia de militares armados en la universidad. Un representante oficial informó al medio de MILENIO que la presencia de los militares con la ministra se había dado en un evento con morenistas de Jalisco en un hotel de Guadalajara, adjuntando una foto del acto. Sin embargo, esa actividad ocurrió el sábado en un hotel, mientras que el viernes durante la visita de la ministra a la UdeG, se observó la entrada de soldados armados.
Finalmente, tras la presentación de pruebas documentales en video que evidenciaban la presencia de un militar armado y uniformado en la universidad, la UdeG confirmó que la situación no había sido solicitada por la institución, sino que se trataba de un “protocolo indicado por la Guardia Nacional de manera preventiva cuando tenemos la participación de autoridades federales”. A pesar de ello, no se especificó cuántos elementos ingresaron armados a las instalaciones.
¿Qué declaró Loretta Ortiz tras lo ocurrido?
La ministra Ortiz por su parte, intentó minimizar lo ocurrido a través de una publicación en su cuenta de X, pero la reacción de la comunidad estudiantil mostró que las preocupaciones ya se estaban haciendo escuchar, y de una manera clara y contundente.
“Involucrar a las juventudes en la implementación de los cambios constitucionales y legales es crucial para que sus voces y preocupaciones se hagan sentir”, fueron las declaraciones de la ministra en sus redes sociales.
El diputado Francisco Juárez Piña, de la comisión de Participación Ciudadana, sentenció que “se acredita una falta grave a la autonomía universitaria”. Autoridades y estudiantes de la UdeG no recuerdan una situación similar, ni siquiera durante la visita de Claudia Sheinbaum como candidata presidencial, lo que subraya la magnitud del hecho y la indignación de la comunidad.
La presencia de militares en un recinto universitario se ha convertido en un motivo de debate sobre la libertad de expresión, la autonomía y el respeto a los espacios académicos, mientras que la reforma judicial sigue generando división y controversia en el país.
AM