El combate a las extorsiones en el estado de Guanajuato siguen siendo un gran reto para las autoridades, principalmente en los municipios de Celaya, Cortázar y los Apaseos; ya que 3 de cada 10 extorsiones que se registran en la entidad, se concentran en la llamada “zona Laja – Bajío”.
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, reflejan que entre el 2023 y el 2024 este delito registra un crecimiento del 23 por ciento. Durante el periodo enero – noviembre del año anterior se contabilizaron un total de 736 hechos, mientras que este 2024 suman un total de 821 registros por este delito.
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Celaya es el municipio en el que se concentra el mayor número de reportes por extorsión a nivel estatal al acumular este 2024 un total de 167 hechos; de los municipios que conforman la zona Laja – Bajío, le sigue Cortázar con 28; Apaseo el Alto y Apaseo el Grande con 11 reportes, respectivamente; Comonfort con 8 contabilizados; Santa Cruz de Juventino Rosas con 4; Jaral del Progreso registra 3 hechos; después se encuentra el municipio de Tarimoro con 5 hechos y Villagrán con 6.
En los siete municipios que integran la zona Laja – Bajío y que se ha convertido en escenario de múltiples actos violentos, se abrieron 243 carpetas de investigación por este delito en el 2024, mientras que en el 2023 se abrieron 233.
La estrategia de seguridad CONFIA, presentada por la gobernadora de Guanajuato, Libia Dennise, contempla acciones contundentes en el combate a la extorsión con la creación del escuadrón antiextorsión que es integrado por un total de 40 elementos.
La Secretaría de Seguridad y Paz de Guanajuato, refiere que el escuadrón Antiextorsión ha realizado más de 50 intervenciones desde su creación, y ha evitado la entrega de más de 4 millones de pesos a delincuentes, protegiendo el patrimonio de las y los guanajuatenses.
La Fiscalía General de Guanajuato refiere que existen dos tipos de extorsión, la directa y la indirecta. En el primer caso, el delincuente se presenta físicamente en el establecimiento o domicilio particular para amenazar al propietario o personal que ahí labora. En este caso, es común que se identifique como integrante de una organización delictiva, quien advierte que a cambio de no hacer daño, se debe hacer un pago.
En lo que respecta a la extorsión indirecta, a través de llamadas telefónicas, es la modalidad más común. Surgió a finales del año 2000, cuando se amplió el acceso a la telefonía celular, en el que mediante llamadas o mensajes de texto, la delincuencia contacta a sus víctimas y les plantea situaciones de riesgo o peligro para la persona o su familia.