En el centro de la plaza, iluminado, altivo, sosteniendo firme la mirada, frente un animal, bravo y fuerte. Agita el capote, una vez, "¡Olé!" grita la plaza, acepta su destino ante los cuernos. La banda toca dóricos metales y cuerdas. Frente uno a uno, ¡matador! desenvaina el estoque, última movida, acero o muerte.
Hay construcciones que guardan en sus rincones el desahogo de la multitud, edificaciones que solo pueden ser entendidas en dicotomía, el concreto y la gente. La Monumental Plaza de Toros fue la gran testigo de los perfumados capotes, las banderillas alegres y las certeras espadas.
Las tendidas aguardando a 50 mil respetables, la Monumental Plaza de Toros es tan alta como el cielo y tan profunda como las raíces de las montañas, ya que este Axis Mundi cuenta con una profundidad de 20 metros bajo el nivel del suelo.
Tan magna construcción fue edificada en 180 días, gracias a 10 mil obreros, y por quien fue su padre, Neguib Simon Jalife, quien en su mente tenía guardada la idea de crear un complejo deportivo completo, desde estadios de futbol hasta encordados de boxeo. Fue la monumental inversión de la Plaza México lo que lo llevó a desistir de aquella ambición.
Cuando el día era martes y el calendario marcaba 5 de febrero, pero de 1946, tres toreros; Luis Castro 'El soldado', Manuel Rodríguez 'Manolete', y Luis Procuna, abrirían la primera corrida de aquel recinto que en un futuro se convertiría en el pedestal de su leyenda.
Aquel día destacó el coloso, pues toreo las primeras tres corridas Manolete, torero español, enfundado en tabaco y oro, de 29 años en aquel momento, embraveció a la bestia, hizo gemir al público la plaza parecía hecha para él, pues el coloso ya había anunciado su última despedida.
La monumental siguió con sus carteles taurinos hasta que ocurrieron ciertos hechos, como lo dijo el poeta, “a las 5 de la tarde lo demás era muerte y solo muerte”, de acuerdo con la información de su propia página la plaza cambió de administración.
“Después de dar 40 novilladas en 1946 con fuertes pérdidas D. Neguib Simón, así como sus hermanos, estuvieron tan agobiados con las deudas existentes que tuvieron que vender en noviembre de ese mismo año, 1946, toda la "Ciudad de los Deportes, S.A.", con la Monumental Plaza México incluida, al español D. Moisés Cosío, quien la conservó hasta su muerte en septiembre de 1983, Pasó entonces, a ser propiedad de sus dos hijos: D. Moisés y D. Antonio Cosío Ariño; pero al morir el primero en 1997, la Monumental Plaza México es desde entonces, hasta la fecha (2007), del segundo de ellos”.
Aunque lo principal siempre fue la tauromaquia, “la México” ha convocado dentro de sí varios espectáculos la pelea del Ratón Macías contra Nate Brooks en 1954, la pelea de Julio César Chávez contra Frankie Randal, el concierto de José José que en 1989 metió a 100 mil personas en dos noches consecutivas el último de los conciertos inolvidables de época, ahí, ‘El gusto es nuestro’ en 1997 con Serrat, Víctor Manuel, Ana Belén y Miguel Ríos. Hasta el partido de tenis con más espectadores en la historia, ente Roger Federer y Alexander Zverev (2019).
Cuando la pandemia por covid-19 cerro la ciudad, la Monumental Plaza de Toros detuvo sus funciones, las 24 esculturas creadas por el español Alfredo Just, dejaron de recibir el eco de los gritos de aquellos asistentes excitados. Esta pausa en la fiesta brava duró hasta el sábado 30 de octubre del 2021 cuando dio inicio y continua hasta hoy su temporada por el aniversario 75 y 76 de la plaza.
En la actualidad cada vez más personas se hacen la pregunta acerca de la bravura y muerte que representa el toro de lidia, sea como fuere, la fiesta brava es una síntesis de todo aquello que conforma al ser humano tanto lo cruel como lo sublime.
La México se ubica en Augusto Rodin 130, Ciudad de los Deportes, Benito Juárez, Ciudad de México y abre sus funciones en un horario dependiendo de la función 16:30, 18:00 o 20:00, y los boletos van desde los 90 pesos hasta los mil 330 pesos, los costos dependen de la cercanía al tendido y si recibes sombra o sol.
PALA