Humberto Robles Sánchez, un hombre de 64 años que fue uno de los 30 alumnos del taller de costura que impartió el “Banco de Ropa” de Hermosillo, un curso que le brindó las herramientas para incursionar en el mundo de la costura, el corte y confección. Se enteró a través de las noticias de dicho curso, al cual asistió durante dos meses para poder fabricar prendas de ropa a su esposa, a sus dos hijos y a sus nietos.
“Siempre tuve la curiosidad de saber usar una máquina y ahora que me enteré por medio del periódico y pasar por aquí por el Banco de Ropa, decidí entrar, fue una experiencia muy bonita”, afirmó.
Durante las clases obtuvo los conocimientos básicos para reparar o fabricar ropa, recordará siempre a sus compañeros e instructores que con paciencia y vocación compartieron sus conocimientos.
“Todas las prendas que confeccionamos eran necesarias y son bonitas, no creo tener una en particular, porque todo lo que aprendí lo puedo aplicar en casa”, explicó.
Cuando se enteró del taller de costura, Humberto compró una pequeña máquina de coser, con la cual practicó a la par de sus clases y con lo que espera encontrar un pasatiempo que además pueda dejarle algunos ingresos.
“Me dijeron que estaba loco, pero dentro de mi loquera, ahora que vieron las prendas que confeccioné, se dieron cuenta que si tengo una aptitud y que si me gustó”, detalló.
Otra gratificación que encontró, es que la ropa que fabricaron durante el curso será destinada a personas de escasos recursos.
“Haber terminado y haber conocido gente tan bonita, es mucha convivencia”, agradeció.
Robles Sánchez considerado como el alma del grupo por parte de sus compañeras de taller, ve en la costura un futuro, por lo que aseguró que se seguirá superando y tomando cuantas oportunidades surjan en su camino.