El penal femenil de Puente Grande, Jalisco, eliminó el uso obligatorio de uniformes para las internas. Esta medida, anunciada en octubre de 2024, busca garantizar los derechos humanos de las mujeres privadas de la libertad. La disposición fue presentada por José Antonio Pérez Juárez, director general de prevención y reinserción social.
La nueva normativa prohíbe el uso de ropa de color negro y azul, ya que esos tonos identifican a los guardias y a las visitas. Sin embargo, las internas podrán elegir su vestimenta sin estas restricciones de color, algo inédito en el sistema penitenciario mexicano.
¿Qué opinan las internas sobre la eliminación de los uniformes?
Carmen, una interna que ha estado en Puente Grande por 19 años, manifestó su alegría por esta medida. Expresó que lo que más deseaba era usar ropa de mezclilla, algo que ahora podrá hacer sin esperar a su liberación. Para ella, el cambio representa un avance importante en su vida dentro del penal.
La eliminación de los uniformes también ayudará a reducir el estigma social que enfrentaban las mujeres privadas de libertad cuando eran trasladadas a instituciones, como hospitales. Antes, su uniforme beige las señalaba como reclusas, generando rechazo inmediato.
Además, las internas han aplaudido la medida porque ahora tendrán más opciones para expresarse individualmente. Esto, según ellas, contribuye a mejorar su autoestima y su sentido de dignidad, elementos clave en el proceso de reinserción social.
Sin embargo, Pérez Juárez aclaró que no se aumentarán las medidas de seguridad dentro del penal a raíz de este cambio. Explicó que en 200 años solo ha habido una fuga, y esta fue protagonizada por un hombre disfrazado de mujer.
¿Habrá más cambios en el sistema penitenciario?
Pérez Juárez explicó que no se esperan cambios adicionales en el corto plazo. Los controles de seguridad seguirán funcionando como hasta ahora, con revisiones y listas de asistencia tres veces al día. Esto garantiza que las internas sean monitoreadas sin necesidad de utilizar uniformes distintivos.
Actualmente, hay 700 mujeres privadas de la libertad en Jalisco. El sistema penitenciario también se comprometió a proporcionar ropa adecuada a aquellas internas que enfrentan dificultades económicas, para asegurar que todas cuenten con vestimenta digna y suficiente.
MQ