El 3 de mayo, Gabriela llegó al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses con la intención de identificar el cuerpo de su hijo Carlos Antonio López Padilla, quien se encontraba desaparecido desde el 30 de marzo.
“Nomás me dicen que todavía no salen las pruebas que le están haciendo y que todavía no salen, que debo esperarme de tres a seis meses”, explicó Gabriela López Padilla.
Carlos fue localizado segmentado en 14 partes, no obstante, se pudo completar toda su anatomía. 50 días después de que el cuerpo fue identificado, todavía no se precisa cuándo será entregado a su madre.
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“Es porque no hacen su trabajo como debe de ser, porque si lo hicieran yo ya tuviera a mi hijo y ya le hubiera dado sepultura”, manifestó Gabriela.
Cabe mencionar que Carlos Antonio tenía 20 años, se dedicaba a la albañilería, soldadura, pintura y carpintería, y era padre de una niña de un año y medio. Los últimos tres meses fueron un dolor para Gabriela, ya que ha luchado contra la desaparición de su hijo, asumió que fue asesinado y ahora se espera a que le entreguen el cuerpo.
“Sí, uno sufre porque pierde a su hijo, uno sufre cuando le avisan a uno que está muerto, que ya lo mataron, que ya le hicieron, que ya esto y después sufre uno también por esperarlo, que no te lo quieren entregar y no se me hace justo”, mencionó Gabriela.
Durante la mañana del 21 de junio, Gabriela acudió nuevamente al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, en compañía de dos amigas, quienes son también compañeras de lucha, ya que sus familiares están desaparecidos, y juntas se dan apoyo moral para exigir que sus seres queridos vuelvan a casa.
“Que me entreguen ya a mi hijo, para yo también ya poder estar en paz, porque yo simplemente al irme de aquí siento que me voy muerta, porque espero a mi hijo ya para darle sepultura”, explicó Gabriela.
AA