El 29 de noviembre del 2019 se convirtió en la fecha más dolorosa para Lorena Barajas Magaña, su hijo Héctor de 21 años no regresó a su casa, cuenta que revisó en su cuarto y se dio cuenta que el joven no llegó a dormir, una vecina fue a su casa y le dijo que unas personas a bordo de una camioneta se habían llevado a Héctor.
Seis meses después, en mayo de 2020, reconoció partes del cuerpo desmembrado de su hijo en la fosa clandestina localizada en el Centinela, gracias a unos tatuajes que él tenía, aunque metió las confrontas de ADN el proceso ha sido lento. Ella sólo quiere darle ‘santa sepultura’ a su hijo.
“Me comentan en SEMEFO que tengo que esperar que tengan los resultados de genética, si no hay resultados positivos no me pueden entregar el cuerpo aunque ya tengo unas partes positivas, pero si no se encuentran las partes más grandes no me puede entregar el cuerpo”, narra Lorena.
A dos años de haber localizado su cuerpo y escuchar de manera constante y repetitiva la misma respuesta ‘hay que esperar los resultados de la confronta’, sólo le han entregado las confrontas de su pie derecho, la de los muslos, de sus manos y el antebrazo derecho. Lorena se siente desesperada.
“Yo pido que se me entregue porque esas confrontas ya están allá. Yo tengo el presentimiento de que son positivas, yo di mi ADN y las otras confrontas salieron positivas. Lo único que pido es que se me entreguen a mi hijo, ya pasó mucho tiempo y mi primer confronta fue hace dos años y la última que metí fue de hace un año”, asegura la madre de Héctor.
Lorena reconoce que ante la creciente crisis de personas desaparecidas y a la par, la crisis de identificación de cuerpos de Servicio Forense ( SEMEFO) se han saturado de trabajo, pero pide que entiendan su dolor y vean el lado humano de una madre que lo único que quiere es tener de regreso a su hijo para que pueda descansar en paz.
“Yo sé que muchos estamos pasando por esta misma situación y que las autoridades no tenían personal durante la pandemia, pero pido que vean el lado humano, el dolor de las madres al estar yendo y viniendo, el dolor de saber que está ahí en SEMEFO y que no se pueda agilizar las cosas para que me lo entreguen”, lamenta Lorena.
Sobre el día de la desaparición de su hijo lo único que sabe es que fueron varios los jóvenes quienes fueron privados de su libertad y subidos por la fuerza a una camioneta que posteriormente sería encontrada abandonada y con bolsas con restos humanos.
AAM