Los padres han dedicado mayor tiempo al cuidado de sus hijos en los últimos 50 años en Estados Unidos, según un estudio realizado en el país. Además, han descubierto que el embarazo no sólo afecta el cerebro de las madres primerizas, sino también de los padres, quienes se ven involucrados de manera equitativa en la crianza de sus hijos.
Como ocurre con la práctica de cualquier nueva habilidad, la experiencia de cuidar a un bebé puede dejar una marca en el cerebro de los nuevos padres. Esto es lo que los neurocientíficos llaman plasticidad cerebral inducida por la experiencia, como los cambios cerebrales que se producen cuando se aprende un nuevo idioma o se domina un nuevo instrumento musical.
Un conjunto de investigaciones, escaso pero creciente, observó este tipo de plasticidad en los padres que experimentan las exigencias cognitivas, físicas y emocionales de cuidar a un recién nacido sin pasar por el embarazo. En términos de función cerebral, por ejemplo, los padres varones homosexuales que son cuidadores primarios muestran conexiones más fuertes entre las regiones cerebrales de los padres cuando ven a sus bebés, en comparación con los cuidadores secundarios.
Para saber más sobre la plasticidad del cerebro de los nuevos padres, el grupo de investigación de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles y del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón de Madrid, asociados al proyecto BeMother, colaboraron en un nuevo estudio.
Reclutaron a 40 hombres, 20 en España y 20 en California, y los pusieron a cada uno en un escáner de resonancia magnética dos veces: la primera durante el embarazo de su pareja, y otra después de que su bebé tuviera 6 meses. También incluyeron un grupo de control de 17 hombres sin hijos.
Entre los cambios significativos que hallaron los científicos es que los cerebros de los padres desde el período prenatal hasta el posparto tuvieron un cambio en su masa cerebral, algo que no se produjo en los hombres sin hijos. Tanto en la muestra española como en la californiana, los cambios cerebrales de los padres aparecieron en regiones del córtex que contribuyen al procesamiento visual, la atención y la empatía hacia el bebé.
¿Qué es lo que remodela el cerebro de un nuevo padre?
Según los científicos, el grado de plasticidad cerebral de los padres puede estar relacionado con el grado de interacción con su bebé. Aunque en muchas partes del mundo los padres participan cada vez más en el cuidado de los niños, la implicación paterna varía mucho entre los distintos hombres.
Este rango de participación puede explicar por qué se encontraron cambios cerebrales más sutiles en estos padres en comparación con los observados en las madres primerizas. De hecho, los cambios cerebrales en los padres eran casi la mitad de la magnitud de los cambios observados en las madres.
Los factores sociales, culturales y psicológicos que determinan el grado de compromiso de los padres con sus hijos pueden, a su vez, influir en los cambios del cerebro paterno. De hecho, los padres españoles, que por término medio disfrutan de permisos de paternidad más generosos que los padres de Estados Unidos, mostraron cambios más pronunciados en las regiones cerebrales que apoyan la atención dirigida a objetivos, lo que puede ayudar a los padres a sintonizar con las señales de sus hijos, en comparación con los padres californianos.
Este hallazgo plantea la cuestión de si las políticas familiares que aumentan el tiempo que los padres dedican al cuidado del bebé durante el periodo postparto pueden contribuir al desarrollo del cerebro paterno. Por otro lado, quizá los hombres que muestran una mayor remodelación del cerebro y de las hormonas estén también más motivados para participar en el cuidado práctico.
Con información de AP