Para un regiomontano, la música norteña no puede faltar en cada reunión, convivio o hasta para escuchar mientras conduce, para otros, es casi inercia el prender el carbón y poner canciones como "Laurita Garza" o "Tragos amargos", piezas a voz de grandes íconos del género, pero, ¿qué habría pasado si dichos artistas no se hubieran dedicado a la música?
En el marco del Día del Músico, Don Lalo Mora y Eliseo Robles, representantes del género, recordaron que soñaban ejercer en su juventud, antes de encarrilarse por la música.
"Yo quería ser ingeniero agrónomo, me gusta mucho la siembra, inclusive todavía ya de viejito, pienso sembrar una hortaliza, tomate, cebolla, chile, garbanzo, naranja y limón", comentó Lalo Mora.
"Yo agricultor y ganadero", comentó Eliseo Robles.
A pesar de que no pasaba por su cabeza el convertirse en el ícono de la música norteña que es actualmente, Lalo Mora inició cantando desde los seis años en los bailables escolares.
"Claro que yo no pensaba que llegaría a ser músico, pero ya iniciaba a cantar, yo quería ser cantante y crecí pensando lo mismo, yo pensé que iba a ser músico de cantina, como dicen por ahí, y pues sí soy", platicó Lalo Mora.
Por su parte, Eliseo Robles inició en la música luego de un desastre natural en el año de 1967 que impidió que siguiera con su anterior oficio, el cual era ser pastor de cabras.
"En el 67 cayó un huracán en septiembre y nos dejó en la vil ruina, y tuve que entrarle a los cocolazos, no había trabajo en talleres, me tuve que poner a vender el menudo, bolear, y pues terminé vendiendo un caballo para comprar un bajo sexto", relató Eliseo Robles.
Con los escenarios llenos en cada una de sus presentaciones, ambos aseguraron tener intenciones de seguir en la música mientras la gente siga recibiéndolos con mucho gusto en todas las ciudades.
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