El amor de una madre es el sentimiento más poderoso que hay y el cual, determina hacer lo humanamente posible por sus seres queridos; este es el caso de la señora María Josefina Escalera González, quien donará uno de sus riñones a su hija Marely de 15 años que apenas el año pasado fue diagnosticada con insuficiencia renal.
Con más de 10 años dedicada a la elaboración de ladrillo, la señora Josefina y su esposo que ahora se dedica a la jardinería, intentan trabajar los siete días de la semana bajo los rayos del sol con el fin de poder llevar alimentos a sus cinco hijos. La segunda de ellas, Marely Betzabeth, quien si todo sale bien podrá ingresar a la preparatoria el próximo año.
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Al menos tres o cuatro días de la semana, Marely y la señora Josefina salen desde tempranas horas de la colonia Ladrilleras del Refugio en León, para trasladarse al hospital donde le realizan estudios y por consiguiente el tratamiento de diálisis; causa encaminada a depurar la sangre cuando los riñones no son capaces de hacerlo. Situación que limita a la señora Josefina a poder tener un empleo donde genere más recursos para poder dar una mejor calidad de vida a sus cinco pequeños, pues tiene que generar más de un millar de ladrillos a la semana para poder llevar 700 pesos a su casa.
Pese a que Marely tiene síntomas como: cansancio; falta de aire; náuseas; y debilidad, todos los días sale de casa para acompañar a su madre a trabajar entre el lodo, ayudándole levantando, y acomodando ladrillos, “Me ayuda aquí a levantar los tabiques o en la casa con el quehacer , además ella quiere estudiar, apenas en agosto va a entrar a preparatoria, pero también tengo uno en primaria, una en preescolar y la otra va a entrar a preescolar; a veces me siento mal porque mi niña se va a graduar del kínder y no tengo dinero para comprarle su vestido y aparte los útiles”, comentó
Tras pasar por episodios un tanto desafortunados, la señora Josefina se mantiene con una actitud entusiasta y con ganas de seguir trabajando. Sin embargo no es suficiente, pues los traslados para las curaciones de Marely; los gastos del hogar, y la demanda de los pequeños la mantienen limitada, por lo que la señora pidió ayuda para poder mantener a sus hijos con un plato de comida.
FGAV