Desde hace años, en La Laguna existe una leyenda que narra cómo un misterioso hombre se sentaba cada noche en la Plaza de Armas, de Torreón, y leía su revista hasta altas horas de la madrugada en la parte más obscura del kiosko. Este personaje era conocido por su enigma y su peculiar costumbre de mantenerse siempre impecable, sin importar las altas horas de la noche.
Pero así como aparecía en la plaza de manera tan misteriosa, de la misma forma desaparecía.
Aunque siempre estaba solo, de vez en cuando algún joven se acercaba a preguntar la hora. Nadie sabe qué les contestaba, pero siempre sacaba plática y pasados los minutos terminaba por mostrarles su revista con dibujos de diablo o demonios.
Los jóvenes quedaban cautivados y asombrados, y luego se retiraban de la misma forma rápida en la que habían llegado.
Un día, este misterioso hombre dejó de aparecer en la plaza. Desapareció. Solo algunos boleros, choferes de sitio y vendedores de periódicos del lugar notaron su ausencia, pues siempre acudía a la plaza ya hiciera frío o mucho calor.
El enigma persistió hasta que, aproximadamente tres meses después, se encontró un cuerpo sin cabeza en la Cuesta de la Fortuna. El cadáver estaba parcialmente devorado por animales carroñeros y, se dice, presentaba marcas de quemaduras en algunas partes, como si hubieran utilizado brasas, carbones o fuego.
Nadie supo qué le había ocurrido ni por qué terminó así. Algunos llegaron a creer que su cráneo estaba sepultado en la plaza.
Después de este descubrimiento, los habituales transeúntes de la Plaza Mayor relataban que durante las noches, las aves se inquietaban y huían cuando un hombre sin cabeza aparecía en el lugar con una revista.
Esta leyenda pertenece a una recopilación de leyendas laguneras escritas por el Dr. Manuel Terán Lira.
Ahora que se acerca Halloween, recordar las leyendas de la región es una forma de mantener presente la historia y la tradición. En la Comarca existen otras historias de terror famosas como la de la Dama de Medianoche, la de la Cubana que te persigue en el Panteón Municipal y la del hombre sin piernas que flota en el Puente Plateado que une a Gómez Palacio y Torreón.
Sgg.