La secretaría de Obras de la Ciudad de México realizará una revisión, una especie de autopsia, al tramo gemelo de la trabe de la Línea 12 del Metro que colapsó el año pasado para determinar si tiene los mismos errores de diseño que la sección siniestrada, en especial por falta de pernos y la deficiente colocación de éstos.
Ese segmento de la vía elevada, ubicado a 200 metros de la llamada zona cero donde ocurrió el derrumbe, sobre avenida Tláhuac, es una pieza idéntica a la trabe que colapsó el año pasado y por ello el gobierno capitalino ve en ella una oportunidad, quizá la última, para fortalecer la hipótesis de que la edificación tiene defectos de origen.
El tramo gemelo forma parte de las diversas inconsistencias por las que se inició la disputa entre la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos, Protección Civil y la empresa noruega DNV por el tercer y último informe de la firma especializada.
El gobierno capitalino alega que solicitó a DNV específicamente analizar el tramo gemelo, pero la compañía se negó y le dio más relevancias a las carencias detectadas en el mantenimiento.
“No consideraron en su análisis información sobre el llamado tramo espejo o gemelo, un tramo de la Línea 12 que tiene una configuración estructural idéntica al tramo colapsado, no presentaron hipótesis alternativas a investigar y su evaluación ni las razones de su descarte”, reprochó ayer la secretaría de Gestión Integral de Riesgo, Myriam Urzúa.
“En particular, se solicitó a la empresa que abandonara en las consecuencias del error de diseño, señaladas tanto en el dictamen final fase II como en el de análisis causa raíz fase III; estas observaciones se encaminan a que DNV hiciera una valoración más profunda del fenómeno de fatiga por distorsión inducida, el cual es un daño recurrente al que han sido sometidas las vigas de acero de la Línea 12, debido al incumplimiento de la norma de construcción de puentes en su diseño”, explicó la funcionaría.
De acuerdo con información de la Secretaría de Obras, ese tramo será desmontado y sometido a una disección, una especie de necropsia para analizar cómo está construida y, en una acción espejo, determinar si tiene los mismos errores de diseño que la sección colapsada en 2021, en especial la falta de pernos, la deficiente colocación de los mismos y una hipótesis adicional: la fatiga de distorsión.
En un recorrido realizado por MILENIO se pudo observar que justamente ese tramo está cubierto por una malla para evitar daños y que, en la parte superior, el gobierno ya desmontó las vías y durmientes para poder desenblamar la pieza y llevarla a inspeccionar.
Desde octubre del año pasado, la fiscalía de justicia capitalina señaló la deficiente construcción como una de las causas de la tragedia e introdujo el concepto de fatiga de distorsión, un fenómeno que ocurre por un error de diseño de la estructura metálica que debe fusionarse y soportar el cuerpo del concreto.
“Error en el diseño en la no fijación de los atiesadores verticales en zona de diafragmas en los patines inferiores de las trabes principales”, dijo Ulises Lara, vocero de la fiscalía capitalina ene l informe que dio a conocer el 14 de octubre de 2021.
De acuerdo con esta hipótesis en la que ahora se ha depositado sus esperanzas el gobierno local, hubo un error de diseño en los diafragmas, vigas metálicas menores que atraviesan a la trabe a lo ancho y que deben ensamblarse con la parte inferior de las vigas principales que corren a lo largo de la trabe y le dan el soporte entre cada columna.
A manera de esqueleto, los diafragmas y vigas sostendrían la construcción sobre el que corre el tren. Pero en el peritaje de la fiscalía se encontró que ese ensamble resultó aparentemente débil, pues existe un espacio de unos 20 centímetros que le resta solidez a la estructura y genera fisuras en el cuerpo de concretos que sostienen.
LPGC