Los locatarios del mercado San Juan de Dios en Guadalajara, encontraron años de esfuerzo, inversión, pasión y recuerdos que fueron convertidos en cenizas después del incendio que se registró durante la madrugada del 31 de marzo.
Después de horas de incertidumbre, los locatarios pudieron entrar a sus espacios de trabajo para sacar lo poco que el fuego no logró consumir; mercancía y pertenencias de al menos 426 locales que fueron afectados tras el incidente.
Cinthia Valdovinos, una de las locatarias que vendía sombreros desde hace dos años en el mercado, explicó que se encuentra atravesando una situación complicada.
“Mi familia completa, mis hijos, mi esposo, mis amigos, todo, perdieron todo. Encomendarnos a Dios, y adelante, qué te puedo decir, te puedes imaginar tristeza, todas las familias, el trabajo de toda la vida. Él es mi cuñado, la situación está muy triste, muy crítica, en esta situación tú lo puedes ver o nomás yo, la afectación es sentir a la gente afuera y no saber, la incertidumbre”, expresó Cinthia.
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Noé, es otro de los comerciantes que vendía tortas ahogadas en el mercado, miró sorprendido el espacio en donde creció y vivió durante toda su vida, en el local que desde hace 50 años pertenece a su abuelo, y donde conoció a tanta gente de México y del mundo.
“No, pues conocí muchas gentes de muchas partes, de todo el país, futbolistas, amigos, muy triste, muy triste todo esto”, señaló Noé.
Patricia, quien perdió alrededor de 500 mil pesos en mercancía de esotería y yerbería, mencionó que lo que más le duele, lejos de lo material, es el corazón, ya que vive la incertidumbre al no saber qué va a suceder con su espacio de trabajo, el lugar que le brindó sustento a su familia por más de 24 años.
“Pérdida total, todo, todo definitivamente todo, ahí tenía otro puesto de verduras, también se acabó todo. Es triste ver todo esto, porque desgraciadamente esta es una pérdida para mucha gente y patrimonio de mucha gente, el sustento. Mucha gente que desgraciadamente va a ser un golpe muy duro para salir delante de esto, nos va a costar mucho. Aquí tengo vendiendo en San Juan de Dios 24 años, aquí con este puesto tengo nueve años”, comentó Patricia.
La impotencia y la tristeza se apoderaron del sentir de los locatarios, quienes son la base fundamental de sus familias, ahora están con el temor y la incertidumbre de un futuro incierto, ya que todavía no saben cuándo será la fecha en que el mercado reabra sus puertas. Mientras tanto, los comerciantes deberán esperar de acuerdo a las indicaciones de las autoridades, al menos cinco días para ser reubicados y de la reconstrucción, hasta el momento no hay una fecha exacta ni proyecto.
AA