La familia de Daniel Picazo, abogado que fue murió linchado en el municipio de Huauchinango, Puebla, ha exigido justicia por este acto cruel ocurrido el 10 de junio.
En entrevista para MILENIO Televisión , Angélica González, madre de la víctima, hizo un llamado a las autoridades para detener a los responsables.
"Queremos que detengan a los culpables porque no se vale que anden quitándole la vida a gente inocente, trabajadora, honesta y pues esa ley que en verdad, nos ayude y que las autoridades hagan su trabajo; lo que pido es justicia", dijo en entrevista con Carlos Zúñiga.
La mamá de Daniel Picazo aseguró que el día de los hechos se supo que hubo un testigo, quien refirió que al llegar del trabajo vio a personas que golpeaban a Daniel Picazo.
"Era cumplido, puntual, estudioso, amiguero, iba al futbol y para mí un hijo modelo”, expresó la mamá.
También comentó, que ese día, el testigo escuchó al joven decirle 'ayúdame'; lo tenían amarrado, esposado, de rodillas y lo habían quemado.
"El testigo le preguntó de dónde venía y trabajaba, a medias palabras, le dijo 'sácame mi cartera que la traigo en mi bolsa', revisó que traía la identificación de la Cámara de Diputados. (El testigo) le dijo a un policía que Daniel era una persona buena", relató la madre.
¿Cómo ocurrió el linchamiento?
Los reportes informan que Daniel y un acompañante circulaban por las calles de Huauchinango a bordo de una camioneta cuando un grupo de 200 habitantes comenzaron a señalarlo de ser un 'robachicos'.
Esto provocó que los civiles bloquearan su paso para evitar la salida. Justo en la calle Prolongación Cuauhtémoc, los habitantes retuvieron a los dos hombres y la camioneta en que viajaban.
En ese momento, el acompañante de Daniel logró huir de sus captores y refugiarse en un lugar seguro, mientras que los agresores iniciaron las hostilidades contra el abogado. Por lo anterior, al menos 30 personas lo golpearon; sin embargo, agentes de la Policía Municipal acudieron a su ayuda, pero al verse rebasados por los quejosos no pudieron evitar que arrastraran a Daniel hasta unas canchas deportivas, donde otras 200 personas ya lo esperaban para continuar con las agresiones.