Médicos logran salvar a mamá y a bebé de 30 semanas de gestación en NL

Guadalupe Ivón, de 29 años, quien esperaba a una bebé, se le diagnosticó disección aórtica.

La paciente Guadalupe Ivón y el cirujano cardiovascular Héctor David Contreras Garza. / Especial
Nuevo León /

Con una cesárea y el remplazo de varios segmentos de la arteria aorta, especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social salvaron la vida de una mujer de 29 años y de su bebé de 30 semanas de gestación.

La disección (desgarre) y aneurisma (dilatación) de la arteria aorta de la paciente Guadalupe Ivón la pusieron en riesgo de muerte súbita, por lo que cardiólogos, neonatólogos, ginecólogos y obstetras colaboraron para realizar, consecutivamente, una cesárea y el remplazo de varios segmentos de la arteria aorta, explicaron los especialistas del Seguro Social.

Durante la semana 25 de gestación, y tras presentar cansancio extremo y falta de aire, Guadalupe Ivón acudió a la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Cardiología número 34, del Centro Médico Nacional del Noreste (CMNN), ubicado en Monterrey, donde se le diagnosticó disección aórtica.

El pronóstico no era favorable, pues un alto porcentaje de pacientes con este padecimiento fallece, ya sea por la enfermedad o durante la cirugía. De igual forma, de sobrevivir la mamá, el bebé, con poco más de seis meses de gestación, tenía una probabilidad de vida de entre 10 y 20 por ciento, indicaron los médicos.

Ante esta circunstancia, los especialistas médicos tomaron la decisión de preservar la condición física de la madre al menos hasta la semana 28, mientras se ganaba tiempo para fortalecer a la bebé en el útero, lo que elevaría su probabilidad de vida hasta 90 por ciento.

Durante un mes, cardiólogos de la Unidad Médica de Alta Especialidad número 34 mantuvieron en observación y estricto control a Guadalupe Ivón, mientras neonatólogos y ginecólogos de la UMAE Hospital de Gineco-Obstetricia número 23, también del CMNN, acudían continuamente para supervisar el desarrollo del bebé y la correcta evolución del embarazo.

Finalmente, en la semana 30 el equipo médico multidisciplinario decidió realizar la doble intervención quirúrgica, la cual se llevó a cabo durante nueve horas.

Debido a que la cirugía cardiaca ameritaba anestesia general de mayor afectación para la menor, por su bajo peso y nacimiento prematuro, los ginecobstetras de la UMAE número 23 realizaron primero la cesárea, con duración de una hora, detallaron los expertos del IMSS.


Al finalizar se le practicó a la paciente una ligadura de vasos uterinos, sutura compresiva del útero y se le dio medicamento, para reducir el riesgo de sangrado y dejarla en las mejores condiciones para la cirugía cardiovascular, informó el jefe de Tococirugía, doctor Francisco Antonio Aguirre Olvera.

El procedimiento fue exitoso y permitió unos momentos de interacción entre la madre y Emiliana, su recién nacida, quien pasó a una incubadora, fue intubada y trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Ginecología y Obstetricia. A 15 días de su nacimiento, su evolución clínica es favorable.

Mientras eso sucedía, Guadalupe Ivón fue trasladada a una sala distinta en la UMAE número 34 para su siguiente cirugía: la reconstrucción de su arteria aorta, la más grande del cuerpo y que nace en el corazón.

Durante ocho horas, el cirujano cardiovascular Héctor David Contreras Garza, del Hospital de Cardiología número 34, junto con un equipo de médicos anestesiólogos, residentes y personal de enfermería, realizaron labores minuciosas y complejas para remplazar varios fragmentos de la arteria dañada.

Se empezó desde la raíz de la aorta, en la parte más cercana al corazón, donde se colocó un injerto tubular (material sintético y textil) y prótesis metálica. También se remplazó la aorta ascendente, el hemiarco aórtico y se realizó un reimplante de coronarias.

Contreras Garza explicó que éste es el más complejo de los procedimientos quirúrgicos cardiacos, por la extensión reparada, la condición de los tejidos y el sitio anatómico en el que se trabaja.

A una semana, la paciente se encuentra estable y con posibilidad de recuperar su vida cotidiana.

“Temía morir y no poder cuidar a mi hijo (mayor) y perder a mi bebé (que llevaba en su vientre). Por eso, al despertar de la cirugía me sentí muy contenta.
“Gracias también a su equipo médico, todos trabajan con amor, son muy humanos, no tengo palabras para agradecerles”, dijo Guadalupe Ivón desde la cama del hospital en su fase de recuperación.

De esta manera, médicos especialistas de las UMAE Hospital de Cardiología número 34 y de Hospital de Gineco-Obstetricia número 23, ambas unidades del CMNN, se coordinaron para el buen manejo de un caso complejo, que concluyó con dos cirugías continuas que salvaron la vida de madre e hija.


jvl

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