Tras la agresión que sufrió Jazmín, una pequeña de 11 años que fue rociada con alcohol y recibió una descarga eléctrica con una pistola taser, provocándole quemaduras en el tórax, un brazo y el abdomen, Mónica Acevedo, madre de la menor, informó que el estado de salud de su hija es estable, sin embargo, las secuelas psicológicas aún continúan.
Será el 28 de julio cuando Jazmín ingrese al quirófano en el Centro Médico de Especialidades.
“La metieron a un tinaco con agua que le llegaba hasta el cuello, trataban de ahogarla y si se movía, la esposa del dueño la picaba con agujas en la cabeza y en los brazos. La agredían físicamente y verbalmente diciéndole groserías, prácticamente la torturaron”, explicó la madre de Jazmín.
Mónica relató que llevaba un año conociendo a los dueños del albergue Casa de Vida Camino a la Fortaleza en Tonalá, ya había acudido en varias ocasiones al inmueble y nunca notó que tratarán mal a los menores, ni a las personas que se encontraban internadas en dicho centro privado de control de adicciones y de conducta. Por eso decidió que Jazmín ingresara luego de comenzará a comportarse de manera agresiva.
“Ahí dan terapias psicológicas y a mí se me hacía bien para que ella hablara y la persona que se hacía cargo de las terapias hablara con ella y yo pregunté una vez y resulta que está persona solo daba terapia con quién el decidía”, explicó Mónica Acevedo.
El día en que fue notificada por el dueño del albergue que la menor de edad había sufrido quemaduras, Mónica acudió al centro y se llevó a su hija para que recibiera atención médica.
Aseguró que el dueño le ofreció dinero y hacerse cargo de los gastos, pero ella no aceptó. Al día de hoy se encuentran prófugos de la justicia junto con los anexados.
Agregó que no ha sido contactada por el alcalde de Tonalá, Sergio Chávez Dávalos, luego de que asegurara, están buscando a Mónica para brindarle los apoyos necesarios.
Indicó que personal del DIF municipal tampoco le ha brindado apoyo económico ni legal.
MQ