Sobrecarga de trabajo, mala organización y una dirección eficiente son detonantes del ‘síndrome de desgaste emocional’, también conocido como Burnout. Este padecimiento se ha convertido en un enemigo silencioso para los trabajadores y un problema que las empresas deben frenar para cuidar y retener a sus trabajadores.
¿Qué es el burnout?
El síndrome de burnout o del trabajador quemado es un estado de agotamiento físico, emocional y mental que está vinculado con el ámbito laboral, el estrés causado por el trabajo y el estilo de vida del empleado.
De acuerdo con la encuesta semanal de OCCMundial, Termómetro Laboral, alrededor de 57 por ciento de los empleados sufre o ha pasado por momentos de estrés y ansiedad, principales síntomas del burnout.
Es importante atender los primeros síntomas, pues los trabajadores que sufren este síndrome aseguran que no han podido percatarse del problema hasta que su salud física da señales o están en niveles incontrolables de tensión.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 8 de cada 10 empleados en México lo padecen, lo que representa 75 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), posicionando en los primeros lugares de las naciones con más personas con este padecimiento; de hecho, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indica que los niveles se encuentran por encima de los casos en China o Estados Unidos.
¿Cuáles son los detonantes del Burnout en los centros de trabajo?
Aunque las empresas desempeñan un papel importante para evitar que el Burnout afecte a su personal, los trabajadores han expuesto algunas áreas de oportunidad que han podido visualizar dentro de sus lugares de trabajo y que desencadenan este grave síndrome en los colaboradores.
El 34 por ciento de los empleados, reportó que ha pasado por episodios de mucho cansancio e irritabilidad, problemas que afectan sus relaciones, su comportamiento y hasta repercuten en sus actividades diarias, por lo que han tenido que renunciar para cuidar de su salud.
Tan solo 8 por ciento de los encuestados asegura que no ha sentido ningún síntoma del burnout, y sus empresas cuentan con planes de bienestar o la organización interna tiene el equilibrio laboral idóneo para evitarlo. Sin embargo, uno por ciento ha tenido algún otro efecto como, depresión, aislamiento, intensos dolores de cabeza y hasta pérdida o aumento de apetito.
La sobrecarga de trabajo es el principal detonante de padecimiento; 36 por ciento de los trabajadores considera que realiza actividades que no le corresponden, además de que la presión de obtener resultados fuera de su alcance, los llamados “bomberazos” y el hostigamiento fuera del horario laboral son prácticas comunes y que influyen para que el colaborador experimente este problema.
Mala dirección y compañeros tóxicos también afectan la salud
En la encuesta, también se señaló que otro 36 por ciento ha dicho que la mala organización y una deficiente dirección por parte de los líderes repercuten en tantos procesos internos que finalmente perjudican a todo el personal.
“La designación de tareas llega a ser desequilibrada, los equipos de trabajo no funcionan bien, y surgen otros problemas que cada colaborador intenta confrontar, afectando su salud mental y su trabajo”, señala la encuesta.
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Pero no toda la responsabilidad recae en los líderes y empresas, pues 27 por ciento de los encuestados cree que el ambiente laboral que generan otros trabajadores también es un causante del burnout.
“Algunos compañeros de trabajo pueden crear ambientes tóxicos que afectan a un nivel muy personal; esto desencadena situaciones que perjudican mental y emocionalmente a una o varias personas”.
Finalmente, 1 por ciento considera que la mala comunicación, la discriminación y la falta de capacitación dentro de las empresas también son detonantes de este; sin embargo, son aspectos que tienen poca atención y que, en caso de seguirlos pasando por alto, el porcentaje de afectados por el síndrome de fatiga podría elevarse.
LYA