Miles de personas se quedan sin ver a Bad Bunny, ¿Qué pasó?

Ni siquiera en aquella final del América vs Cruz Azul en el 2013, donde supuestamente la reventa alcanzó los 10 mil pesos, había tanta gente.

Personas en torniquetes del Estadio Azteca/ Archivo
Ciudad de México /

La espera de más de un año para el mítico concierto de Bad Bunny en el Estadio Azteca, en la Ciudad de México... no valió la pena. Personal de Ticketmaster no se "portó bonito" con los asistentes. 

El ambiente que se vivía para la presentación del puertorriqueño pasó de festejo a caos. Desde que no hubo presencia de elementos de tránsito de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) en las calles aledañas al recinto, tal y como sucede  en todos los espectáculos en el Azteca, se presentía que las cosas no saldrían bien.

Por ello, el tránsito para llegar a al Coloso de Santa Úrsula era tan caótico que, si demorabas tres horas en superar el cúmulo de autos, te podías dar por bien servido.

Ni siquiera en aquella final del América vs Cruz Azul en el 2013, donde supuestamente la reventa alcanzó los 10 mil pesos, había tanta gente. Era imposible pasar y, poco a poco, los fanáticos de Bad Bunny comenzaban a perder la paciencia.

La crisis que se vivió el pasado 9 de diciembre parecía no tener explicación... ¿Cómo el concierto del artista más mediático de los últimos tres años podía tener tan mala organización?

Así, conforme (a cuenta gotas) avanzaba la gran fila, donde personas estuvieron formadas desde tres días antes para estar lo más cerca posible del Conejo Malo, el misterio de la congestionada fila se resolvía: los torniquetes eran abiertos y cerrados aproximadamente cada cinco minutos, en lugar de permitir que fluyera la gente hacia el recinto.

Ya cuando los accesos se podían vislumbrar, la tensión y desesperación de los asistentes al cierre de la gira de "The Hottest World Tour" crecía cada vez más, al ver que el personal boletero era rebasado por un público fiel y que no se perdería el concierto de su artista favorito. 

​Los trabajadores que portaban el aparato para verificar la autenticidad de los boletos de Ticketmaster no se daban abasto, pues tenían la labor de revisar boleto por boleto. En ese punto, las caras de decepciones de los asistentes se sumaban entre sí cuando les decían que sus boletos no eran válidos.

"Poco a poco les iban diciendo que no podían pasar y, si bien les iba, los mandaban a una taquilla aledaña. Todo era caótico", contó a TELEDIARIO una asistente.

La fanática dijo que, al menos, pudo presenciar siete casos de personas cuyos boletos eran falsos o duplicados, eso sin contar los cientos de boletos denunciados en Twitter en las últimas horas.

Una vez que lograbas pasar las torniquetes del Estadio Azteca, los cuales venían acompañados de contados trabajadores listos para verificar (o rechazar) tu boleto, no existía otra revisión. Es decir, había un sólo filtro.

Ya adentro, las horas pasaban lento con la incertidumbre de si el artista que logró llenar estadios en más de 20 países podría lograr la hazaña en uno de los recintos futbolísticos más grandes del mundo.

Una hora antes de que comenzara el concierto, el Estadio Azteca no veía ni siquiera el 40 por ciento de su capacidad. Ya al iniciar, la parte general, Zona de Playa, no estuvo ni al 75 por ciento de lo vendido.

Sin embargo, en las gradas, únicas secciones en llenarse, la demanda de asientos rebasaba por completo los 87 mil 523 lugares que ofrece el Coloso de Santa Úrsula.

"En un lugar había cinco personas, y aunque les pedíamos que se quitaran o que nos dejaran espacio porque invadían nuestros asientos, lo hacían pero regresaban a los minutos", denunció la asistente.

Entre los lugares que sobrepasaban su capacidad y la gente sentada en las escaleras, los asistentes batallaban para disfrutar de "Me Porto Bonito", el cual fue cantado a dueto con el reguetonero Chencho Corleone, ex vocalista de Plan B.

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La joven contó a TELEDIARIO que pudo presenciar dos robos de celulares al salir del concierto y algunas peleas por la palpable tensión que se vivió; sin embargo, no hubo elementos de la SSC ni del lugar para controlar las situaciones.

Ahora, a esperar la reventa de boletos no decepcionen en su última noche en el Azteca al Conejo Malo y que todos "se porten bonito".

RG

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