En Atizapán de Zaragoza, Modesta fue encarcelada por una carta en la que cometía actos de extorsión, sin embargo, la mujer indígena no sabía leer, ni escribir; todo fue planeado y derivó de los celos de la esposa de su exjefe. Debido a esto, Modesta permaneció cinco años presa hasta que la Comisión de Derechos Humanos intervino para solicitarle al Tribunal Superior de Justicia que le concediera su libertad por el injusto señalamiento.
Doña Modesta es una mujer de 58 años originaria de un poblado del norte de Jilotepec, Estado de México, quien fue trasladada al penal de Neza Tepozanes, donde permaneció los últimos cinco años por un crimen que no cometió.
El motivo de su detención surgió cuando ella trabajaba en una tortillería, pues su expatrón la señaló por un presunto intento de extorsión; de acuerdo con lo que declaró el hombre, Modesta le entregó una carta y un papel donde le exigía dinero, sin embargo, la mujer de origen indígena no sabía leer, ni escribir, pese a los hechos, un Juez la sentenció a 40 años de prisión.
¿Cómo consiguió su libertad doña Modesta?
Al conocer los hechos, la visitadora de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, Rocío Sánchez Molina, revisó todas las atenuantes y logró fundamentar todas las irregularidades existentes en el proceso penal de doña Modesta, por lo que solicitó el perdón del Tribunal Superior de Justicia para la inmediata liberación de la mujer.
Al analizar la solicitud, el Tribunal otorgó el perdón del Estado y determinó la inmediata liberación de la mujer de 58 años. Entre los alegatos que se dieron a conocer se indica que doña Modesta fue acosada sexualmente por su expatrón, quien tenía pareja.
Al darse cuenta de lo ocurrido, la esposa creó la acusación para encarcelar a doña Modesta, e incluso escribió una carta donde pedía una fuerte cantidad de dinero para inculparla, sin considerar que su trabajadora no poseía habilidades de escritura y lectura.
“Modesta cuenta con una parcial recuperación, dentro de lo que cabe, ya que cuando estaba encerrada se encontraba todo el tiempo postrada en la cama, y ahora convive mucho con sus hijas, nietos, yernos y demás familiares”, explicó Rocío Sánchez Molina, visitaduría de Atizapán.
Asimismo, después del veredicto, con 58 años de edad, Modesta declaró en una entrevista que busca recuperar su vida social y familiar para adentrarse nuevamente en su comunidad natal, la cual se ubica a 12 kilómetros del centro de Jilotepec.
Modesta señaló que se encuentra mal de salud debido a múltiples padecimientos, entre los que están la hipertensión, diabetes, males renales, anginas de pecho, e incluso padece cáncer. Mientras tanto, los médicos recomendaron a la mujer recibir terapias psicológicas.
“Yo me siento contenta porque estoy con mis 8 hijas que me cuidan y me apoyan en todo… Aunque ahora sueño que vienen por mí muchas patrullas y una ambulancia. Eso pasa casi todas las noches”, explicó doña Modesta.
JC