Cada 10 de agosto se celebra en Puebla la Fiesta del Niño Cieguito, una imagen del Niño Dios a la que miles de fieles son devotos y acuden al Templo Conventual de San Joaquín y Santa Ana para pedir por salud y bienestar.
La historia detrás de esta imagen que se caracteriza por no tener ojos y sus cuencas sangrantes, data desde el siglo XVIII y narra cómo es que lleva ese nombre.
Historia del Niño Cieguito
De acuerdo con la Arquidiócesis de Puebla, el 10 de agosto de 1744, en la ciudad de Valladolid, que ahora es Morelia, en un convento de la Merced se encontraba la imagen de la Virgen María que llevaba a un niño en brazos, cuyos ojos eran dos esmeraldas.
Aquel día, un hombre robó la imagen del niño con la intención de quedarse con las esmeraldas, así que se lo llevó al cerro de Punjuato. Allí, con una herramienta filosa le quitó los ojos al niño e inmediatamente comenzó a brotar sangre de la imagen, la cual fue abandonada en ese lugar.
Un sacerdote Mercedario recuperó la imagen y la envió a su hermana restauradora, que pertenecía a la congregación de religiosas Clarisas Capuchinas Franciscanas en Puebla, donde actualmente se encuentra la imagen del Niño Cieguito original.
En la ciudad de Puebla hay otras tres imágenes del Niño Cieguito, una en el Templo de San Joaquín y Santa Ana, otra en el Templo de Nuestra Señora de la Merced, y una más en el templo de la Mansión Clerical de San Juan Nepomuceno.
Oración del Niño Cieguito de Puebla
La Arquidiócesis de Puebla compartió la oración del Niño Cieguito, para que la comunidad católica pueda elevar la plegaria ante la imagen.
¡Oh Niño Cieguito!
Yo vengo hasta tu altar, consuelo necesito,
que calme mi pesar.
No sé, en mi desaliento en donde esté la paz,
por eso como hambriento, la busco aquí en tu faz.
El Niño Cieguito de Puebla se convirtió en el referente para pedir por la salud de los enfermos, personas discapacitadas y los débiles visuales.
¿Dónde está el Templo de San Joaquín y Santa Ana en Puebla?
El Templo de San Joaquín y Santa Ana se ubica en la calle 16 de Septiembre en el Centro Histórico de Puebla, el templo se dedicó el 17 de agosto de 1703 y se consagró, por el obispo auxiliar don Miguel Anselmo de Abreu y Valdéz, el 27 de septiembre de 1761.
Está anexo al Convento de Monjas Capuchinas de la Orden del Seráfico Padre y se destaca como una de las mejores adornadas de la ciudad de Puebla, desde el retablo principal hasta la bóveda, todo tallado y dorado, al igual que otros cuatro en los muros del templo, particularizando el dedicado el dedicado a una bella pintura de Nuestra Señora de la Luz y otro, a un escultura de San Joaquín de manos de Josef de Cora, colocados ambos del lado de la epístola.
Tiene un pequeño atrio, cercado con lambrín revestido de tabique y columnas de cantera que sostienen un enrejado. Con excepción de las dos que dan soporte a la reja de entrada, las demás están parcialmente destruidas por sus capiteles. En el atrio a mano derecha, hay un marco de cantera rectangular, con el escudo franciscano en la clave, que comunicaba a la portería del convento anexo.
AGA