La travesía que sortearon miles de migrantes provenientes de Venezuela, Nicaragua, Haití, entre otras, los dejó varados en la Central de Autobuses Monterrey, luego de que el Instituto Nacional de Migración prohibió a las distintas líneas de transporte vender pasaje a extranjeros hacia las ciudades fronterizas.
La medida causó molestia y consternación en los migrantes, pues contaban con llegar a la frontera con Estados Unidos para cruzarla y vivir el sueño americano.
Algunos migrantes ya habían comprado el boleto y se les negó el acceso a los camiones, mientras que en otros incluso estaban a unos cuantos kilómetros de llegar a su destino en Ciudad Acuña, cuando los autobuses se detuvieron y retornaron a Monterrey con los migrantes.
Los extranjeros solicitar el reembolso a las distintas líneas de transporte, aunque algunas no realizaron la devolución de su dinero, toda vez que las tarifas eran más altas que las habituales.
Algunos de los migrantes acudieron al módulo de Profeco en la Central de Autobuses, aunque éste no contaba con personal que atendiera las denuncias.
Hubo quien exigió el retorno de su dinero para con ello comprar alimentos o costear el hospedaje en algún hotel en lo que se define su situación migratoria.
Otros propusieron realizar una caravana a pie hasta la frontera o en su defecto acudir al Palacio de Gobierno para solicitar apoyo.
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