Pese a la advertencia de las autoridades sobre su uso y las posibles sanciones que esto implicaría en Nuevo León, encontrar productos como fuegos pirotécnicos o los denominados cuetes es algo que está al alcance de prácticamente cualquier persona.
En un recorrido por zonas en las que comúnmente, en años anteriores, se comercializaban estos artículos, se pudo constatar la facilidad, o incluso lo barato que resulta su adquisición.
Un claro ejemplo es lo que sucede en Colegio Civil, donde se pueden observar con facilidad desde las denominadas cebollitas hasta los cuetes conocidos como chifladores.
Pese a su prohibición, y contrario a lo que se podría pensar, adquirirlos, en cuanto a costo, es sumamente accesible.
Otro sitio, en la Plaza Juárez, ubicada en el municipio de Guadalupe, sorprende la variedad de artículos que se pueden adquirir: cañones, chilladores, cebollitas, brujotas y cañones R-15 conforman el inventario.
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Incluso, comerciantes señalaron que previamente ya han recibido inspecciones, sin que hayan tenido mayor problema.
Mientras tanto, en medio de los exhortos de las autoridades por evitar su uso, comprar pirotecnia en tiempos de altos niveles de contaminación es tan fácil, que los negocios y locales que los ofertan lucen con importante afluencia a pocos días de la Navidad.
¿Por qué Nuevo León prohibió la venta de pirotecnia?
Con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes y proteger la salud pública, el Estado publicó un decreto que prohibió la venta y el uso de pirotecnia en eventos públicos, privados y espacios recreativos. La medida fue tomada debido a los efectos nocivos que la pirotecnia tenía sobre el medio ambiente y la calidad del aire, especialmente en tiempos de altas concentraciones de contaminantes. Además, el uso de estos productos había sido vinculado a diversos problemas de salud, como enfermedades respiratorias y cardiovasculares, particularmente en personas vulnerables como niños, ancianos y personas con afecciones preexistentes.
A través de la Secretaría de Medio Ambiente, el gobierno estatal también instó a los municipios a rechazar cualquier solicitud de autorización o permiso para la instalación de ferias del cohete, cuyo funcionamiento durante la temporada navideña solía intensificar los niveles de contaminación. Este decreto, firmado por el gobernador Samuel García, el secretario general de Gobierno, Javier Navarro, y el secretario de Medio Ambiente, Alfonso Martínez Muñoz, fue publicado en diciembre, justo antes de la temporada en la que tradicionalmente se incrementaba el uso de fuegos pirotécnicos.
La decisión se tomó para mitigar los impactos negativos sobre el ambiente y la salud en una época del año en la que las emisiones contaminantes ya alcanzaban niveles peligrosos.
El documento establece que: “Las personas físicas o morales que pretendan realizar cualquier tipo de evento en bienes del Gobierno del Estado de Nuevo León, como plazas, parques, explanadas, entre otros, no podrán utilizar artificios pirotécnicos. Para tal efecto, las dependencias o entidades de la Administración Pública Estatal encargadas de la administración y vigilancia de dichas áreas deberán establecer como condicionante en los contratos o autorizaciones del evento la no utilización de artificios pirotécnicos”.