Hace ocho años Lizbeth huyó de la inseguridad de su natal Veracruz para armarse con placa y chaleco antibalas, y así salvaguardar a los habitantes de Nuevo León.
La madre de familia con carrera trunca llegó a una entidad que desconocía, pero en la que encontró su vocación.
Hoy, a ocho años de su llegada a la entidad, Lizbeth terminó su primera carrera en Educación y hoy está por culminar Criminología.
Su día inicia a las 5 de la mañana para desempeñar labores en una comisión administrativa que brinda cursos, actualización de datos y seguros de vida para los uniformados, pero también ha enfrentado a delincuentes.
Lizbeth ha tenido que demostrar la fuerza de las mujeres en labores policiales.
A lo largo de estos años ha visto cambios en la institución, que se han traducido en mejores sueldos y capacitaciones.
Cada 14 días, Lizbeth deja el uniforme de policía para cambiarlo por el de madre de familia y reencontrarse con sus hijos en Veracruz.
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