Aunque los perros guía, también llamados lazarillos, desempeñan una labor de asistencia importante para las personas con discapacidad visual, ya que prácticamente se convierten en sus ojos y los ayudan a evadir obstáculos que podrían representar un peligro, en Nuevo León prácticamente no existen debido a la falta de cultura en la materia, consideró Sandra Martínez, técnica en intervenciones asistidas por animales.
En otras partes del país, en especial la Ciudad de México, los canes guía son seleccionados cuidadosamente, ya que no todos cuentan con el temperamento adecuado para esta tarea.
“Están preparados para ser muy precavidos al andar en las calles, ya que su labor es evitar a toda costa que le llegue a suceder algún accidente a la persona con discapacidad y de ser así están dispuestos a dar la vida por sus amos.
“Además en su entrenamiento se les enseña que no deben hacer del baño en cualquier lugar, buscan los lugares en donde hay tierra o pasto, respetando siempre sus horarios”, señala el Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad.
Acompañan en terapias
Sin embargo, lo que sí hay en Nuevo León son agrupaciones dedicadas a entrenar perros para que apoyen en terapias de distintas enfermedades o padecimientos.
Entre las ventajas de tener un perro con este adiestramiento especial está el hecho de que con ellos se reduce el estrés, existe una mejor aceptación de los medicamentos en cuestión y contribuyen a que los ejercicios sean más amenos.
“El solo hecho de tener a un perro en una actividad trae muchísimos beneficios, entonces al combinarlo con terapia o educación, los resultados son extraordinarios”, mencionó Sandra Martínez, técnica en intervenciones asistidas por animales.
Las terapias están dirigidas a cualquier persona con un diagnóstico médico o que fueron víctimas de violencia.
Los perros de terapia forman parte de la asociación Manada K9, que se ubica en el Centro de Exposiciones Agropecuarias de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en Escobedo.
cog