Nuevo León ya había suspendido clases por altas temperaturas hace más de 100 años

Aunque este año se decidió adelantar casi 20 días las vacaciones escolares ante las altas temperaturas, documentos a los que tuvo acceso la plataforma MILENIO-Multimedios ponen en evidencia que esta no ha sido la única ocasión en que se toma esta dec

Las autoridades de Monterrey decidieron informar sobre las afectaciones que causaba el calor a partir de 1896. | Especial
Monterrey, Nuevo León /

Las altas temperaturas que se han registrado en las últimas semanas en Nuevo León motivaron a que la Secretaría de Educación estatal determinara adelantar el cierre del ciclo escolar casi 20 días, pero esta no es la primera vez que se toman medidas de este tipo ante las olas de calor.

Documentos a los que tuvo acceso la plataforma MILENIO-Multimedios y que se ubican en el Archivo Histórico de Monterrey ponen en evidencia que en julio de 1896 se tomó la determinación de suspender las clases ante las altas temperaturas que se sentían en la ciudad.



“A iniciativa del Sr. Alcalde 1o. (Heriberto Montemayor) y en nombre del Comisionado de Instrucción, se acordó que, por causa del excesivo calor, se conceda las escuelas oficiales vacaciones durante la semana próxima. Se levantó la sesión las seis de la tarde; no asistieron los señores Gómez, Guerrero, Garza Cantú R., Guajardo A. y Tijerina; previo aviso: doy fe. Martínez. Virgilio Garza. Matías Garza Guerra”, cita el acta de Cabildo de julio de 1896.

Para agosto de 1906 las medidas ante el calor continuaron, pues el Cabildo regio determinó redoblar la vigilancia en lugares como el mercado Colón, que en esa época se ubicaba en donde hoy está Interplaza, en el Centro de la ciudad, y comercializaba verduras, frutas e incluso carne.

“Con motivo del aumento de frutas que en la presente temporada se ha registrado en esta plaza ha redoblado su vigilancia a fin de evitar que no se pongan a la venta aquellas frutas que a virtud de los fuertes calores entran en putrefacción: que para recoger esas frutas descompuestas y demás desperdicios que resultan en el mercado Colón, mandó reconstruir los cajones o depósitos existentes en aquel lugar: que practicó 14 análisis de leches tanto de las que existen en los depósitos como de las que expenden en las calles los vendedores ambulantes, encontrando ese artículo en buenas condiciones”, detalla la publicación del acta de 1906.

Aunque esa no es la única medida que se ha tomado con el paso del tiempo ante las olas de calor en la entidad, pues incluso los comerciantes y vendedores solicitaron adecuaciones al Gobierno municipal para poder mantener sus productos.

Muestra de ello es que, en mayo de 1908, comerciantes del sector carnes solicitaron que se les permitiera por parte de la autoridad municipal (entre mayo y octubre) matar a los animales cuya carne vendían más tarde, a fin de evitar la putrefacción.

“Varios trajinantes en el ramo de carnes piden que se les permita hacer el sacrificio de los animales destinados al consumo público de las 12 del día a las 3 de la tarde en el lapso de tiempo comprendido del mes que rige hasta el 1o. de Octubre, (a) fin de evitar que las carnes se corrompan por el fuerte calor que hace en dicho lapso de tiempo antes de ser entregados al consumo, lo que sucede ahora que se hace la matanza entre diez y doce del día, al estudio de los Señores Comisionados de Abastos y Fiel Contrato para dictamen”, señala el acta de Cabildo de 1908.


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