El pan de muerto es una deliciosa y emblemática tradición de la celebración del Día de Muertos en México. Este pan dulce, que se elabora con ingredientes como harina, azúcar, mantequilla y esencia de naranja, tiene una forma distintiva que recuerda a un cráneo y huesos. Su sabor suave y esponjoso lo convierte en un deleite tanto para quienes lo preparan como para quienes lo disfrutan.
La tradición del pan de muerto está íntimamente ligada a las creencias y rituales que honran a los difuntos. Durante el Día de Muertos, que se celebra el 1 y 2 de noviembre, las familias mexicanas crean altares en sus hogares y en los cementerios para recibir a las almas de sus seres queridos. Este pan se coloca como un símbolo de la vida y la muerte, representando la unión entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
El pan de muerto, además de que se comparte en el altar, también se ofrece a los visitantes, convirtiéndose en un acto de hospitalidad y un símbolo de amor y recuerdo. Cada región del país tiene su propia receta y estilo de pan de muerto, lo que refleja la rica diversidad cultural del país. Así, este dulce no sólo satisface el paladar, sino que también fortalece los lazos familiares y comunitarios, manteniendo viva la memoria de aquellos que han partido.
¿Dónde va colocado el pan de muertos en el altar?
De acuerdo al médium y vidente jalisciense, Christian Valerio, este platillo generalmente es colocado en el segundo o tercer nivel de los altares, donde se colocan las ofrendes y el retrato de la persona fallecida para recordar el presente del cual atraviesa esta alma.
“Este pan se puede colocar en el segundo nivel, estamos hablando del pasado, porque yo creo que a quién no nos ha gustado el pan de muerto, pero también se puede colocar en el último nivel, que es el nivel del futuro, donde está esa fotografía porque le estamos recordando y ya no tiene un cuerpo, que ya es un alma, pero puede ir en estas dos casas, nunca en la primera fase que es el piso o primer nivel”, explicó Valerio.
De acuerdo a las distintas regiones del país, el pan de muertos es la figura que puede caracterizar esta pieza dulce, un ejemplo de ellos, es en Los Altos de Jalisco, donde su forma cambia por la de una figura humana para enfatizar más la muerte de una persona.
“Hay uno que nosotros conocemos que es el clásico, donde tiene las famosos lágrimas, esas lágrimas que también representan los huesos de un muerto, porque ese es el cuerpo del muerto, chupar en algunas culturas, se manan a hacer ahora, así como si fueran esos famosos muñequitos, sobre todo en la región del estado de Jalisco, se hacen una especia de panes muy distintos”, dijo Valerio.
Así como hay variaciones en formas y costumbres, mismas que han atraído la atención de visitantes internacionales, quienes resaltan que el mexicano hacen mofa hasta de la misma muerte.
AA