La pasión del fútbol desbordó los límites de la emoción tras la derrota de las Chivas ante el Atlas en el Clásico Tapatío, lo que generó violentos enfrentamientos tanto dentro como fuera del Estadio Akron, en Zapopan. Los aficionados del Rebaño Sagrado no soportaron la derrota y comenzaron a pelear entre ellos en las gradas.
Los disturbios no se limitaron al interior del inmueble, sino que también se extendieron en las inmediaciones del estadio. Una persona fue detenida por falta administrativa tras ser sorprendida portando pirotecnia, mientras que cinco mujeres y 28 hombres fueron retirados del lugar por encontrarse agrediéndose entre ellos.
Sin embargo, uno de los incidentes más graves ocurrió fuera del estadio, en los cruces de Tecalitlán y Las Torres, donde aficionados atropellaron a un joven. La víctima, quien resultó con heridas de gravedad, fue primero arrollada por el vehículo y, posteriormente, los agresores se bajaron del auto para golpearla mientras estaba en el suelo.
La intervención de la policía municipal evitó que los cuatro hombres continuaran con la golpiza. A pesar de ello, familiares de los agresores intentaron sacar a los detenidos del lugar, lo que generó un altercado con la multitud presente. Ante la situación, los oficiales tuvieron que intervenir para evitar que el conductor del vehículo fuera linchado por los presentes.
El conductor y los tres acompañantes fueron detenidos y resguardados por las autoridades. Los detenidos, de 22, 20 y 21 años, fueron trasladados junto con el vehículo a las instalaciones correspondientes. El agente del Ministerio Público tomó conocimiento de los hechos.
Cabe mencionar que, en un momento, policías municipales de Zapopan mostraron hostilidad hacia los medios de comunicación, tratando de evitar que se documentara lo ocurrido.
Este violento episodio refleja nuevamente la creciente preocupación sobre la seguridad en los eventos deportivos, en los que la pasión desbordada se convierte en un peligro para los asistentes y los transeúntes.
El fútbol, como cualquier otro deporte, debe ser una fuente de entretenimiento, unión y respeto, tanto dentro como fuera del campo. Sin embargo, cuando los seguidores de un equipo se ven envueltos en peleas, disturbios o agresiones, el deporte se ve empañado y, lo que es más grave, puede poner en riesgo la seguridad de las personas.
Es fundamental que las autoridades, los clubes y la sociedad en general trabajen juntos para promover una cultura de respeto en los estadios y fuera de ellos.
AA