Con una extensión de casi 2 mil metros de longitud, la Presa Libertad posiciona a Nuevo León como un referente no sólo a nivel nacional sino internacional al ser la más larga del continente americano, característica que la hace única en el mundo.
En la actualidad, la construcción que tiene una altura de 52 metros, cuenta con un 30 por ciento de almacenamiento, y se busca que las lluvias de este verano favorezcan en el llenado del embalse, para que además sea un polo para el desarrollo del turismo de esa región.
El gobernador del Estado, Samuel Alejandro García Sepúlveda, destacó entre los trabajos para el fortalecimiento de la zona, se encuentra la construcción de miradores para la recreación de las familias.
“Queremos empezar a diseñar los botaderos, los malecones, los miradores en las cuatro presas, sobre todo en la Libertad, podamos hacer caminos. Ya tenemos cinco posibles entradas y vamos a hacer miradores, para ver la cortina de 2 kilómetros, cortina única en el mundo”.
La Presa Libertad fue diseñada con una capacidad de almacenamiento de 307 millones de metros cúbicos al NAME (Nivel de Aguas Máximas Extraordinarias) y 221 millones de m3 al NAMO (Nivel de Aguas Máximas Ordinarias).
Se estima que aporte al abasto de la entidad un caudal de 1 mil 600 litros por segundo, llegando hasta los 4 mil litros por segundo en caso de una emergencia, beneficiando a 5.5 millones de habitantes del Área Metropolitana de Monterrey.
Su principal afluente es el Río Potosí, el cual nace en Galeana y pasa por los municipios de Hualahuises, Montemorelos y Linares; para su distribución, se conectará con el Acueducto Linares-Monterrey, y su agua será potabilizada en la Planta San Roque.
El proyecto se desarrolló con una inversión del 50 por ciento del Gobierno Federal y 50 por ciento del estado, dentro del cual se contemplaron los gastos extras que ha hecho Agua y Drenaje de Monterrey, utilizando los remanentes de la paraestatal para continuar con su construcción.
Entre los gastos extras se incluye la indemnización por la sustitución del gasoducto que atraviesa la presa. Además de la reubicación de las líneas de alta tensión de CFE, y la tenencia de la tierra.
Cabe mencionar, que el arranque de las obras comenzó en septiembre de 2020, pero la ausencia de lluvias provocó una Declaratoria de Emergencia por sequía en Nuevo León, lo cual mantuvo estresada las fuentes por dicha situación, teniendo avances mínimos en la construcción.
Fue gracias a las gestiones del gobernador Samuel García a través del Plan Maestro para Garantizar el Agua en Nuevo León hasta 2050, que se recibió el apoyo de la Federación para acelerar los trabajos, al declararse como proyecto presidencial
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