Los regiomontanos tendrán que desembolsar 11.89 por ciento más este año al comprar alimentos que se consumen en temporada de Cuaresma, con respecto al 2022, según Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpact).
“El incremento en el precio del pan prácticamente barrió con la capirotada, un postre típico de la Cuaresma que ha registrado un alza de 46.78 por ciento, impulsada por el aumento en el precio del pan francés (bolillo)”.
Una Cuaresma sin capirotada no es Cuaresma, así tenemos una Cuaresma cara y sin capirotada, señaló el dirigente de los pequeños comerciantes.
Para Édgar Luna, director del Centro de Investigaciones Económicas (CIE) de la Facultad de Economía de la UANL, un platillo típico de Cuaresma en promedio subió hasta 26 por ciento en comparación al 2022.
“Un platillo con su filete de mojarra, atún, frijol y arroz saldría 26 por ciento más caro con respecto al 2022. Se incrementaron mucho los precios de la proteína de mar”, indicó.
Por ejemplo, una lata de atún de 140 gramos se incrementó 34 por ciento, el kilo de camarón se subió 2 por ciento, el kilo de mojarra de tilapia aumentó 25 por ciento, mientras que el kilo de filete de mojarra de granja tuvo un alza de 11 por ciento”.
Ni qué decir del frijol que aumentó 13 por ciento, aun cuando las habas, lentejas y garbanzos bajaron el precio, algunos acompañamientos como el chile serrano y jalapeño siguen estando altos casi 65 por ciento.
El precio del kilo de habas disminuyó 14 por ciento, los garbanzos 10 por ciento. Pero la papa se ha incrementado hasta 51 por ciento, la tapa de huevo con 30 piezas anda por las nubes, se ha incrementado 24 por ciento.
Todos estos productos son usados durante la temporada de Cuaresma, afectando el bolsillo de los regiomontanos, señaló el especialista.
Hacen su “agosto”
Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpact), detalló que desgraciadamente esta temporada de Cuaresma encuentran su “agosto” porque la gente consume de manera regular, dado que al menos seis viernes los mexicanos no comen carne roja y procuran comer carne de mar o sustitutos como las tortitas de papa con camarón, atún y chiles rellenos, todos estos platillos se incrementa el consumo.
Comentó que se ha observado el alza de precios de las proteínas de mar, por ejemplo, el kilo de huachinango se vende en central de abasto hasta 400 pesos, pero en otros puntos de venta se encuentra hasta 580 pesos el kilogramo; en cuanto al filete de mojarra está en 145 pesos el kilogramo, pero en otros puntos de venta 280 pesos.
Si se consideran las guarniciones como las (habas, lentejas o ensalada de jitomate y aguacate), se estima que un platillo ahora cuesta 414 pesos, lo que en el 2022 era de 370 pesos, un encarecimiento de 44 pesos.
Ni qué decir del pan que no ha terminado de subir, la capirotada se encareció 46.78 por ciento, esto debido al incremento en el precio del pan ronda los 6 pesos.
Nuevo León no escapa de esta realidad del mercado, se ha encarecido en general.
“Se observa un decremento de la inflación en general, pero mientras no se refleje en los productos que compra a diario la gente de a pie, la sensación de encarecimiento estará. Sube el huevo, el pan y los productos del mar”, puntualizó.
mvls