Entre las vías del tren, a la altura de avenida Inglaterra y Niños Héroes, hay un lugar de la Perla Tapatía conocido como Pueblo Quieto. Aquí, la realidad es contrastante. No hay alumbrado público, algunas calles no están pavimentadas, se puede apreciar todo tipo de basura desperdigada y decenas de personas que pernoctan a un costado de las vías, entre cartón y cobijas.
Pueblo Quieto existe en la colonia Jardines del Bosque, frente a casas de tres pisos y dos cocheras, a ocho calles de uno de los hoteles más lujosos de la ciudad y a poco más de tres kilómetros de la famosa glorieta Chapalita.
Es así que Pueblo Quieto está rodeado de zonas de alto poder adquisitivo, pero en este punto la historia es diferente porque es considerada por el propio alcalde de Guadalajara como un lugar sin ley, donde impera la violencia e inseguridad.
El pasado 21 de enero fue encontrada una persona encerrada en una alcantarilla de las inmediaciones. El hombre había sido encerrado ahí el 15 de enero y al ser rescatado encontraron el cadáver de otra persona.
Telediario Guadalajara acudió al lugar para recoger los testimonios de personas que habitan la zona; uno de ellos es Cecilio, mejor conocido como Poncho, habitante de Pueblo Quieto desde hace cuatro años. El hombre de 48 años admite que es originario de la colonia Libertad, pero se vino a vivir aquí por circunstancias de la vida.
“Pues la marginación y una vida problemática que yo llevaba, me tuve que marginar de la sociedad y aquí encontré un lugar”, comentó Poncho. Para este hombre Pueblo Quieto significa hogar. “Es como una colonia normal, únicamente es que a lo mejor por el lado económico puede ser que sí haya un poquito más de inseguridad”, explicó.
Poncho se siente cómodo viviendo en Pueblo Quieto. “Desgraciadamente yo escogí el camino del alcoholismo y la drogadicción, la verdad”. Este hombre admite sentirse bien en Pueblo Quieto ya que ha sido difícil encajar en otro núcleo social.
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