Más de mil perros y gatos se encuentran en riesgo, luego que un juez giró una orden para desalojar el predio ubicado en la carretera libre a Toluca, en la alcaldía Cuajimalpa de la Ciudad de México, donde desde hace 45 años está ubicado el Refugio Franciscano.
La orden de desalojo está vigente hasta las 11:59 de la noche de este lunes 4 de abril, por lo que los encargados del refugio y otras agrupaciones en pro de los derechos de los animales se han congregado a las afueras para evitar que se realice el desalojó de mil 492 perros y 36 gatos que actualmente albergan estas instalaciones.
Por la mañana un grupo de granaderos y personal de la brigada animal se acercó al punto, pero al ver que había personas vigilando el lugar y una camioneta particular obstruyendo la entrada se retiraron.
León Telles uno de los encargados de este santuario para animales señaló que se mantienen negociaciones con la fundación Hangenbek, quien es la dueña del predio, y el cual su fundador designó para usarse en apoyo del bienestar y conservación animal.
Los rescatistas Refugio Franciscano aseguran que en los últimos 45 años han seguido fieles a esta encomienda, por lo que no pierden la esperanza de que se dé marcha atrás en el desalojo.
¿Cuál es la labor del Refugio Franciscano?
El Refugio Franciscano se define como una institución altruista que busca dar a perros y gatos abandonados la oportunidad de ejercer el más elemental de los derechos: vivir.
El Refugio Franciscano inició su labor de protección en 1977. A partir de ese momento los perros han encontrado una "isla de vida en medio de un mar de muerte".
Gracias a este constante trabajo y a la participación de numerosos voluntarios, los perros y gatos reciben amor, respeto y protección.
En el Refugio Franciscano viven perros y gatos que llegaron en condiciones deplorables, maltratados, perseguidos, abandonados, atropellados, enfermos, mismo que ahora han recuperado su dignidad. Dependen de la ayuda generosa que permite dar continuidad a un trabajo de más de veinte años.
Desde entonces reciben amor, alimento, medicina, asistencia médica y sobre todo la atención y cariño que se merecen.
En el Refugio no se sacrifica a animal alguno, pero tampoco nacen, ya que todos son esterilizados. Además, se promueven campañas de esterilización gratuita en zonas marginadas y se vigila el respeto a los Derechos de los Animales.
PGG