San Juan de los Lagos, uno de los destinos religiosos más visitados en México, despierta curiosidad por su nombre. Aunque no hay lagos en la región, su origen tiene un trasfondo histórico que sorprende. Este lugar es conocido por su basílica, que atrae a millones de visitantes cada año.
Ubicado en la región Altos Norte de Jalisco, su nombre no hace referencia a un cuerpo de agua. El título proviene de su fundación en el siglo XVI, cuando los evangelizadores españoles llegaron al lugar. Fue dedicado a San Juan Bautista, y "de los Lagos" se añadió por una confusión histórica.
¿De dónde proviene el nombre de San Juan de los Lagos?
El nombre se relaciona con un error al traducir el término "lagos". Los misioneros nombraron la región en honor a su devoción religiosa, sin considerar la geografía. La palabra "lagos" no alude a cuerpos de agua, sino a un término relacionado con la región Altos, llamada así por su altitud.
Además, la llegada de la imagen de la Virgen de San Juan de los Lagos consolidó su importancia religiosa. La virgen fue traída desde Michoacán y comenzó a ser venerada por los habitantes. Su fama creció tras atribuirle milagros, lo que atrajo peregrinos de todo el país.
Otro dato curioso es que el nombre "de los Lagos" pudo haberse añadido para diferenciarlo de otras localidades con el mismo nombre. Aunque no hay lagos cercanos, el término quedó como parte de su identidad.
¿Qué representa San Juan de los Lagos para los fieles?
Hoy en día, San Juan de los Lagos es conocido por su Basílica de la Virgen, que recibe a millones de peregrinos anualmente. Es un centro espiritual y cultural que enriquece la región. La festividad de la Virgen, celebrada en febrero, es uno de los eventos religiosos más importantes del país.
La ciudad combina su historia religiosa con tradiciones locales. Aunque su nombre puede parecer un misterio, refleja la influencia de la evangelización y la fe de sus habitantes.
¿Qué hace especial a San Juan de los Lagos en la actualidad?
San Juan de los Lagos destaca no solo por su relevancia histórica, sino también por su rol en el turismo religioso. Cada año, millones de peregrinos visitan la Basílica de la Virgen, convirtiéndola en uno de los santuarios más importantes de México.
La fe de los visitantes ha dado lugar a una comunidad vibrante que mezcla tradiciones religiosas con eventos culturales. Las calles de la ciudad se llenan de vida durante las festividades, especialmente en febrero, cuando se celebra a la Virgen de San Juan de los Lagos.
Además, la ciudad ofrece una experiencia única gracias a su arquitectura colonial, mercados de artesanías y gastronomía típica. Todo esto hace de San Juan de los Lagos un destino que, aunque no tiene lagos, tiene mucho que ofrecer a quienes la visitan.
MQ