A tres semanas de que se ordenara una apertura total a la economía y se reanudaran las clases presenciales, el panorama del transporte público en Nuevo León, a decir de sus usuarios, luce saturado e insuficiente.
Mientras la administración de Samuel García contempla una reestructuración para el mes de agosto, la ciudadanía demanda una intervención urgente, tras la situación crítica que dejó en este rubro el ex gobernador, Jaime Rodríguez Calderón.
Y es que la situación no es menor, pues de 4 mil 500 unidades de transporte que llegó haber en la pasada administración, actualmente, solo salen a las calles 2 mil 200 para ofrecer el servicio.
Dicha situación, ha provocado que las aglomeraciones y las largas filas en los parabuses sean el pan de cada día para los usuarios de rutas urbanas.
"Bueno, para tomar este camión a diario me aviento una hora de fila, si bien me va, rara vez haces menos tiempo, señaló Jorge Hernández, quien esperaba un autobús que lo llevara a su casa en García.
"Pues con este tráfico, ahora estamos haciendo casi dos horas del centro a García, cada vez se pone peor el tráfico y pone a uno de mal humor, pero qué le hago". agregó Miguel.
Milenio Monterrey captó el pasado jueves y viernes que las horas picos nuevamente son el dolor de cabeza de los usuarios, principalmente en lugares como el centro de Monterrey, la Clínica 6, la estación del metro Sendero y San Bernabé.
En dichos parabuses, se observó largas filas para abordar las rutas de mayor demanda, mientras que los rostros de los usuarios, reflejaban cansancio y estrés.
"Ahorita son las 6 (pm), pero como hasta dos horas después pasa el camión que me lleva para mi casa y todavía súmale el camino", relató Mario Hinojosa que esperaba abordar un camión en la estación San Nicolás del metro.
La enemistad entre el gobernador y los empresarios del transporte llevó a una ruptura, en la que el Estado exigía un mejor servicio y ellos un ajuste a la tarifa, la cual fue rechazada. Nadie cedió, y el afectado fue nuevamente el ciudadano, quien no tuvo otra opción que soportar las carencias, que hoy en día prevalecen.
"Ayer nos tardamos como una hora en subirnos al camión, la fila daba como dos vueltas a las escaleras del metro. Luego sabe qué es lo peor, que los camiones están bien feos, cada vez están peor", expresó Silvia Cavazos, quien esperaba su camión bajo la estación del metro Sendero.
La pandemia de covid-19 vino a poner la última estocada al transporte público, debido a que la administración de Jaime Rodríguez no se opuso a que a los transportistas sacaran de la flotilla sus unidades y las rentaran a las empresas como transporte de personal.
A pesar de ser una problemática que heredó de su antecesor, la administración de Samuel García ya empieza a ser señalada por la ciudadanía, pues a cinco meses de asumir el cargo no ha cambiado nada, y la reestructura de transporte que anunció está programada para implementarse hasta el mes de agosto.
mvls