Lo que debería ser un espacio seguro para los vecinos que viven en el fraccionamiento Fresnos 2, en Tlajomulco de Zúñiga, se convirtió en un lugar sin vida, luego de que el pasado viernes sujetos encapuchados y armados irrumpieran la tranquilidad de los vecinos e ingresaran a la fuerza en una de las viviendas.
El domingo 6 de febrero, Eduardo Salomón, el joven de 16 años que fue levantado de su domicilio fue hallado sin vida. El dolor de una familia y las, ahora, calles vacías han cambiado el entrono del fraccionamiento.
“Para todos lados cargo a mi hija, ya no es lo mismo, ya no la puedo dejar en la casa porque ya no estamos seguros ni en la casa”, expresó una de las vecinas del fraccionamiento.
Otro vecino comentó que desde lo ocurrido, le llama la atención a su hijo para que no pase tanto tiempo en la calle “justamente por lo que ha pasado en las últimas horas en los últimos días”.
La mayoría de la gente que vive en este fraccionamiento compró su casa con la intensión de tener un patrimonio propio, sin imaginar que años después serían testigos de uno de los sucesos más escalofriantes.
El martes 8 de febrero, familia y vecinos le dieron sepultura a Eduardo Salomón, joven que fue sustraído de su domicilio y encontrado sin vida dos días después en una finca de la colonia Centro de Tlajomulco. Por lo sucedido hay quienes prefirieron tomar sus cosas y mudarse.
- Comunidad
“Una señora vio muchas cosas de lo que pasó con Lalo, y por eso ella, del miedo de que algo le pasara por ver toda esa escena, se fue y sí ha habido personas que se van por el miedo. Los vecinos que vivían en la casa donde pasaron las cosas no se encuentra”, comentó otra de las vecinas.
Una vecina mencionó que los padres de Lalo y sus hermanos regresaron la mañana de este miércoles a su casa, sin embargo debido al dolor y el miedo a recibir represalias ya no habitarán la casa que por varios años fue su hogar. “Ahora vinieron y nomás dijeron que se iban a ir y que iban a estar viniendo para visitarnos pero sí se iban a ir”.
Afuera de la casa donde vivía Lalo, los vecinos colocaron un moño color negro acompañado por dos fotografías de él , en una destaca por su sonrisa. Además en forma de cruz, colocaron veladoras que aún continúan encendidas y un ramo de flores. El cancel permanece cerrado con una cadena y un candado de seguridad.
Los vecinos lamentan el asesinato de Lalo, “no le tocaba, un niño muy bueno, porque los vecinos de aquí de Fresnos lo conocíamos y fue lamentable esa pérdida”. Y al no sentir seguridad en el fraccionamiento piden a las autoridades mayor vigilancia. “Que manden más patrullas para sentirnos más seguros y que descanse en paz Lalo”, comentaron.
MEN