Durante la mañana de este Viernes Santo se llevó a cabo el tradicional Viacrucis en la ciudad de Gómez Palacio. A temprana hora, la catedral de Santa María de Guadalupe comenzó a llenarse de feligreses dispuestos a emprender el recorrido tradicional de este Viacrucis.
Desde la puerta principal de la Catedral de Santa María de Guadalupe salió el primer contingente con destino al Cerro de la Pila para realizar la representación del Viacrucis en el cual participaron alrededor de 69 personas.
Jesús de Nazaret fue representado por Daniel Alejandro Flores Gutiérrez en su segundo año consecutivo, María estuvo a cargo de Grecia Alejandra Castro Alvarado.
Monseñor Jorge Estrada Solórzano, Obispo de la Diócesis de Gómez Palacio, resaltó la participación de los creyentes en esta edición de la representación de la Pasión y Muerte de Jesús luego de los dos años de pandemia por el covid-19.
El viacrucis empezó a las 10:00 de la mañana, con la participación de todas las pastorales quienes apoyaron en su desarrollo, partió por la avenida Independencia hasta tomar la prolongación 20 de Noviembre y culminar en las faldas del Cerro de la Pila, y durante el trayecto se desarrollarían las 14 estaciones.
Cabe resaltar que el viacrucis lo condujo el párroco y rector de la Catedral de Santa María de Guadalupe, José Alejandro Lugo González.
Alrededor de las 11 de la mañana, el contingente del Viacrucis aún se encontraba al interior de un templo casi abarrotado de Santa Rosa de Lima.
¿Por qué se realiza el Viacrucis?
Esta práctica se realiza para recordar el sufrimiento y la muerte de Jesús en la cruz, y para meditar sobre el amor de Dios y el sacrificio que hizo por la salvación de la humanidad.
Durante el Vía Crucis, se recorren 14 estaciones que representan diferentes momentos del camino de Jesús, desde su condena hasta su crucifixión y muerte. En cada estación, se medita sobre los sufrimientos de Jesús y se realiza una oración.
El Vía Crucis es una forma de recordar el sacrificio de Jesús y de fortalecer la fe de los creyentes. También es una oportunidad para reflexionar sobre el sufrimiento humano y para meditar sobre cómo podemos seguir el ejemplo de Jesús en nuestra propia vida.