La representación de la Pasión de Cristo es una tradición de Semana Santa en Iztapalapa. Estos días, los habitantes de la alcaldía recrean los episodios que van de la Última Cena a la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús.
La representación de este 2024 es la 181 que se realiza en Iztapalapa y aunque las actividades inician el Domingo de Ramos, que este año fue el 24 de marzo, el día más importante es el Viernes Santo, cuando se recrea el momento en que Jesús fue crucificado.
Para el Viernes Santo, Iztapalapa espera a 2 millones de personas, que acompañan el recorrido de un actor que interpreta a Jesús. Este día, la representación es televisada.
El Jesús de Iztapalapa recorre 10 kilómetros cargando una cruz de entre 90 y 100 kilos.
La procesión inicia en la calle Aztecas. La Primera caída se escenifica en el cruce de calle Aztecas y Mariano Escobedo. Después pasa por Calle Ayuntamiento y calle Allende. La Segunda caída se realiza en el cruce de Allende y Cuauhtémoc. La Tercera caída se hace en el cruce de Cuauhtémoc y Lerdo. La Cuarta caída tiene lugar en el cruce de Cuauhtémoc e Hidalgo. El recorrido continúa hasta llegar al Cerro de la Estrella, donde se recrea la crucifixión de Jesús.
¿Quién representará a Jesús en la Pasión de Iztapalapa?
De acuerdo con la tradición, en la representación sólo pueden participar habitantes originales de la alcaldía, que sean católicos, cuenten con la primera comunión y tengan buena conducta y costumbres.
Los preparativos inician en noviembre y en enero deben estar elegidos todos los personajes. Los ensayos inician dos meses antes, la última semana de enero.
Para el papel de Jesús de Nazaret, este año fue elegido Christopher Gómez Hernández, oriundo del Barrio San Miguel. Tiene 22 años y desde pequeño participó en la representación haciendo papeles de nazareno. En 2020 y 2021, los años de la pandemia y que la representación se hizo a puerta cerrada, representó al Apostol Pedro, después fue pregonero y en 2023 fue nuevamente nazareno.
Chistopher considera un honor y un privilegio representar el papel principal. Dice que su familia está emocionada y bendecida, incluso sus papás lloran pues es un sueño no solo suyo sino de su familia completa.
“Naces con eso en la sangre, ya sales del vientre de tu madre queriendo participar en la representación. A nivel de pasaje cultural, es un aprendizaje muy grande. A nivel de fe, es indescriptible lo que se siente”, dijo en una entrevista a medios.
Quiere seguir participando en las siguientes representaciones, pues es una tradición de los 8 barrios y señala que todos en Iztapalapa sueñan con seguir participando.
Su entrenamiento comenzó el 16 de enero en El Cerro de la Estrella, entrenaban de lunes a viernes a las 3 de la tarde, que es la hora aproximada en que inicia el recorrido.
El entrenamiento incluyó cargar un tronco para que el cuerpo se acostumbre y no les pese el día de la representación, también hacían lagartijas, sentadillas y abdominales.
El está acostumbrado al deporte pues es maratonista y es entrenador físico.
Le gusta la música de Joaquín Sabina, Silvio Rodríguez, pero también le gusta la música electrónica, incluso dice que para entrenar escucha 'Believer' de Imagine Dragons.
Estudiante de Derecho, le gusta ver series y documentales al respecto. Para poded acudir a todos los ensayos, modificó su plan de estudios para poder seguir estudiando en línea.
¿Cómo inició el viacrucis de Iztapalapa?
Esta tradición inició en 1833, año en que Iztapalapa fue azotada por una pandemia de cólera que mató a la mitad de la población, que en ese entonces era de alrededor de 10 mil personas.
Los habitantes de Iztapalapa hicieron una procesión al santuario del Señor de la Cuevita, una escultura que representa a Jesús en su sepulcro, al cual le pidieron terminar con la enfermedad. La procesión fue encabezada por niños y huérfanos por la pandemia.
En manda, prometieron representar cada año la Pasión de Cristo. Aunque algunos testimonios indican que la representación ya se hacía antes de la pandemia, pero esta solo incrementó el fervor al realizarla.
Desde entonces, la representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa se ha consolidado como una tradición capitalina, que desde el 22 de marzo de 2022 es considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de México por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Actualmente, buscan que la UNESCO lo considere Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
KAT