Habitantes de la colonia Floresta del Colli clausuraron de manera simbólica las instalaciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) para exigir al organismo que no sea omiso y de seguimiento a las violaciones a los derechos humanos perpetradas el 27 de abril cuando fueron desalojados de sus viviendas por la fuerza y posteriormente derrumbadas.
"Faltaron a nuestra integridad y a la de nuestros hijos, con la forma en que nos sacaron, no se quisieron identificar. Tuvieron muchas omisiones y fueron violados nuestros derechos humanos, entonces lo que queremos es que nos reparen los daños", comenzó Arturo López.
Los afectados también interpusieron una queja colectiva en contra de CONAGUA y el ayuntamiento de Zapopan por desalojo violento y abuso de autoridad. Añadieron que han solicitado al ayuntamiento de Zapopan mesas de diálogo para analizar las opciones de reubicación y reposición de menaje pero no se ha logrado acercamiento con el gobierno municipal.
"Han sido omisos a las mesas de diálogo, incluso pues se les ha hecho una invitación pero han sido omisos en todas las formas", Paul Llamas, habitante afectado.
Iván, su esposa y dos hijos acudieron a la manifestación en su camioneta que desde el 27 de abril también es su casa.
"Fue lo único que nos quedó, las cobijas. Ahí duerme mi niño en uno de los sillones, en el otro duerme mi otro hijo. Mi esposa y yo dormimos debajo de los asientos. Es nuestra casa, es lo que tenemos, es todo lo que nos quedó", cuenta Iván.
El visitador general de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco, Luis Arturo Jiménez Jiménez, detalló que hasta el momento, los habitantes afectados han interpuesto tres quejas por la violación a sus derechos.
Gobierno de Zapopan asegura que ninguno de los afectados duerme en la calle
Cabe señalar que algunos habitantes aseguraron que el presidente municipal de Zapopan mintió al decir que ninguno de los desalojados pasan la noche en la intemperie, sin embargo familias afectadas como la de Gabriela Rodríguez duermen en la calle porque aseguran que el albergue les queda a 20 kilómetros y para cuidar lo que quedó de sus hogares.
"Es mentira, él dice eso porque no ha venido para acá, no ha venido y desde el miércoles que estamos aquí estamos haciendo guardia, unos se duermen un ratito en las camionetas y después salimos afuera en la lumbre con fogatas pero aquí hemos estado y no ha venido nadie", cuenta Gabriela Rodríguez.