Luego de la tragedia acontecida con los recientes derrumbes de las estructuras en el emblemático lugar conocido como El Parián en Tlaquepaque, es importante recordar toda la historia que precede a este representativo centro turístico, ya que no sólo es uno de los sitios más significativos en el municipio, sino también un símbolo de la riqueza cultural y artesanal de la región.
Con más de 140 años de historia, su arquitectura tradicional, música de mariachi y exquisita gastronomía, el Parián se ha consolidado como un punto de encuentro para locales y visitantes que desean disfrutar del auténtico sabor de México.
¿De dónde proviene el nombre ‘Parián’?
El Parián inició su construcción el 22 de Julio de 1878 durante el gobierno de Jacobo Gálvez en la antigua plaza principal, donde según documentos, había una picota en el Centro de la Plaza donde se castigaba a los infractores (como era costumbre en las ciudades Europeas).
Su nombre proviene de la palabra "Parián" que significa mercado en filipino y pues originalmente el lugar era un mercado al aire libre donde los comerciantes locales vendían desde frutas y verduras hasta cerámica y otros productos artesanales, pero con la construcción de las primeras cantinas en 1905, el edificio pronto cambió de giro.
Es necesario aclarar que en aquellos tiempos (principios del siglo XX), las cantinas sólo estaban abiertas al exterior, pues en el interior se encontraba un pequeño jardín con Kiosco, que servía como espacio de recreación para las familias locales antes de que existiera el jardín, por lo que se trataba de un lugar más familiar.
Arquitectura y distribución
La arquitectura del Parián es uno de sus mayores encantos. Se trata de una estructura abierta, con un patio central rodeado por 18 restaurantes y cantinas que ofrecen lo mejor de la cocina jalisciense. Los arcos de cantera que lo rodean, junto con los techos de teja y los detalles de hierro forjado, le dan un aire tradicional y pintoresco, evocando la arquitectura colonial mexicana.
En el centro del patio se encuentra un kiosco que ha servido de escenario para incontables presentaciones de mariachi, símbolo indiscutible de la música mexicana. Esta distribución única permite que, sin importar en qué restaurante te encuentres, siempre puedas disfrutar de la música en vivo que resuena en todo el recinto.
También fue uno de los primeros edificios a donde llegó la luz eléctrica en el pueblo, en el año de 1898. Su primer Kiosco era de Paris que se colocó a finales del siglo XIX.
En el año de 1936 se pusieron los primeros equipales, estos icónicos sillones hechos de varas entretejidas, con el asiento y el respaldo de cuero o de palma.
Música, gastronomía y tradiciones
Uno de los aspectos más destacados del Parián es la presencia constante de la música mariachi, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Es común ver a grupos de mariachi interpretar canciones tradicionales, creando una atmósfera festiva y llena de vida.
Pero no fue hasta el año de 1927 cuando empezaron a permitir el ingreso del Mariachi, pues en aquellos tiempos el mariachi no era tan aceptado. Sin embargo, poco a poco ese estilo musical fue tomando popularidad gracias a las presentaciones realizadas en la plaza.
En cuanto a la gastronomía, el Parián ofrece una amplia variedad de platillos típicos de Jalisco, como la birria, pozole, carne en su jugo y, por supuesto, la famosa torta ahogada. Además, no pueden faltar las bebidas tradicionales como el tequila y el mezcal, servidos en las clásicas cantinas que rodean el patio.
Aquí se filmó la película mexicana de “Ay Jalisco no te rajes” en 1941 con Jorge Negrete como protagonista y con música compuesta de Don Manuel Esperón, en el salón Moctezuma.
El Parián hoy: un espacio vivo
A lo largo de los años, el Parián ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia. Aunque su estructura y función han cambiado ligeramente, sigue siendo un punto de encuentro para la comunidad y un atractivo turístico imperdible. Además, se ha convertido en un escenario frecuente para eventos culturales, desde presentaciones de danza folklórica hasta festivales de música y arte.
Actualmente cuenta con 18 restaurantes-bar con diferentes dueños y precios, además de contar con funciones de mariachi casi todos los días.
El Parián de Tlaquepaque es un espacio que encapsula la esencia de la cultura jalisciense y la hospitalidad de su gente. Visitar el Parián es adentrarse en la historia viva de Tlaquepaque, donde cada rincón cuenta una historia y cada canción de mariachi resuena con la vibrante tradición mexicana.
AM