Tras nueve victorias consecutivas que le habían convertido en el mejor equipo de la NBA hasta el momento, los Boston Celtics vieron interrumpida su fabulosa racha este lunes al caer en Chicago ante los Bulls (121-107).
Boston solo ha perdido cuatro partidos esta temporada (13-4) y, curiosamente, dos de ellos han sido en Chicago ante unos Bulls que por ahora no han brillado precisamente por su regularidad o fiabilidad (7-10).
En este sentido, el triunfo ante los Celtics revitalizó a unos Bulls que habían encadenado cuatro derrotas seguidas.
DeMar DeRozan (28 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias) y Zach LaVine (22 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias) fueron los mejores de los Bulls mientras que en los Celtics los más destacados fueron Jayson Tatum (28 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias) y Jaylen Brown (25 puntos, 7 rebotes y 2 asistencias).
El dominicano Al Horford sumó 5 rebotes y 2 asistencias en 35 minutos para los Celtics pero se fue con 0 puntos tras fallar sus 9 tiros a canasta (incluidos 7 lanzamientos de triple).
En un partido que controlaron de principio a fin, los Bulls, que se adjudicaron la batalla por el rebote (51 por 38), llegaron a ganar por 21 puntos en el tercer cuarto.
Pero un arreón de los Celtics, que se pusieron a -8 en el último periodo, les obligó a trabajar hasta el final para cerrar la victoria.
Finalistas de la temporada pasada, cuando perdieron el título frente a los Golden State Warriors de Stephen Curry, los Celtics han empezado el curso con mucha fuerza y en estos momentos son líderes del Este con el mejor registro de la liga.
Este fantástico arranque de Boston tiene aún más mérito teniendo en cuenta que tuvieron una pretemporada muy complicada por la suspensión de su entrenador Ime Udoka por comportamiento inapropiado en el entorno laboral incluyendo una relación con una trabajadora de la franquicia.
Los problemas de los Celtics por ahora se han quedado fuera de la cancha y, con Joe Mazzulla como técnico, siguen siendo un aspirante en mayúsculas dentro del Este.