Soy ambicioso, ya pienso en el tricampeonato: Nicolás Casalánguida

El entrenador de Fuerza Regia habló en exclusiva para Canal 6 Deportes luego de haber salido bicampeón de la LNBP.

Nicolás Casalánguida / Gerardo Suárez
Monterrey, Nuevo León /

Para entender a Nicolás Casalánguida podría bastar con saber cómo degusta la yerba mate.

El de Comodoro Rivadavia la bebe sola, a fin que resalte lo intenso de su sabor. Ese es el entrenador de Fuerza Regia, un hombre que gusta de hacerle frente a retos complejos. Superarse a sí mismo cada día es la meta. No lo hace por obsesión, sino por ambición.

“En el momento que piso la cancha tengo un estilo y lo disfruto de una manera. Algunos me preguntan si es un show, pero tengo recuerdos que desde hace años lo hacía, que es la misma intensidad, la misma pasión. No es algo que lo hago adrede para distinguirme”, reveló a Canal 6 Deportes.

¿El título te reconstruyó?

“Para mí no me reconstituyó… yo creo que es la conclusión de un periodo de muy poco tiempo en el exterior en mi caso con muy buenos resultados, pero que no se podía dar el campeonato. Fueron 12 meses en dos países distintos y tres equipos distintos había jugado finales; Aguacateros, Guaiqueríes de Venezuela y Fuerza Regia. Para mí era que faltaba la frutilla del postre, como afianzar lo bueno que venía pasando. Se afianzó el buen momento que estaba atravesando”.

Y pusiste la ‘vara alta’ ahora…

“Estoy convencido de que el equipo puede jugar mejor, de que podemos hacer algunos retoques, algunos cambios para ser mejor equipo. Inclusive, volvimos a clasificar a una instancia de Champions y sería muy bueno que Fuerza Regia no solamente ponga su sello a nivel nacional, sino a nivel internacional nuevamente.

“Mira, a mí pasó en una temporada en Argentina que ganamos con el Regatas de Corrientes que ganamos tres títulos en el mismo año yo recuerdo que ganamos el último, al otro día estábamos pensando en la otra temporada y volvimos a pelear el título y ahora mi mirada es igual… yo ya estoy pensando en el Tricampeonato”.

¿Eres obsesivo, Nicolás?

“Para mí la obsesión es una enfermedad, un problema, un estilo, un hábito, una manera. No sé si llamarlo obsesión. Más bien es una forma de ser que te permite ser de una manera especial y es imposible modificarlo. Si no, ¿qué haría? Me quedaría tomando un mate y ya, pero yo no.

“No me detengo por un título, quiero seguir mejorando, quiero seguir estando en organizaciones que tengan hambre y, en este caso, Fuerza Regia es una organización de lujo para seguir teniendo ambiciones de altísimo nivel, entonces nuestra meta será pelear el Tricampeonato”.

Te la cambio, ambicioso…

“Sí, sí, coincido. Ambicioso profesionalmente sí, no materialmente porque a veces eso confunde. Yo me conformo, como decía, Ricardo Darín, el actor emblema en Argentina, ‘yo soy feliz con una ducha de agua caliente’. No necesito las grandes mieles, los grandes lujos para ser feliz. No tengo una ambición desmedida por lo material, sí por lo deportivo. Soy ambicioso, me gusta sentir la adrenalina que permite sentir el pelear por cosas importantes. Esa adrenalina es un tanto adictiva y eso es algo que motoriza”.“Sí, sí, coincido. Ambicioso profesionalmente sí, no materialmente porque a veces eso confunde. Yo me conformo, como decía, Ricardo Darín, el actor emblema en Argentina, ‘yo soy feliz con una ducha de agua caliente’. No necesito las grandes mieles, los grandes lujos para ser feliz. No tengo una ambición desmedida por lo material, sí por lo deportivo. Soy ambicioso, me gusta sentir la adrenalina que permite sentir el pelear por cosas importantes. Esa adrenalina es un tanto adictiva y eso es algo que motoriza”.

CASALÁNGUIDA EN CORTO

¿Qué se puede hacer para agradarle a Nicolás Casalánguida?

“En un principio ser una persona noble, con buenos valores, que vayas de frente, que digas las cosas que tiene adentro y no se callen y que intente formar vínculos. Para mí también es importante la intención de formar vínculos con el otro. La honestidad es fundamental… y la autenticidad. No me gusta la gente que tiene dos caras. Prefiero que alguien no quiera agradar y ser como es, ser auténtico a que intenta quedar bien con todo el mundo y, al menor inconveniente mostrar su lado más miserable”.

¿Maradoniano?

“Diego para mí es un ícono de nuestro deporte. Generó muchísimas alegrías y algunas que son imposibles de describir, de trasladar por lo bueno que era en la cancha. Yo hablo del Maradona como deportista, lo que nos generó, las sensaciones con su juego, con su arte… ya del Maradona fuera de la cancha, creo que fue una víctima de sistema y lo dejo ahí”.

¿Qué significó dirigir en Venezuela?

“Muy bueno. Me rodeé de un lindo staff de trabajo, un lindo equipo y, trabajar en un país en donde hay muchas necesidades, donde los jubilados cobran un dólar al mes para poder subsistir y ves las colas para cobrar. Vi las cuestiones sociales muy particulares, pero también vi un país sumamente rico en cuanto a belleza natural, recursos… lo hermosa que es su gente, pero me representó un aprendizaje de idiosincrasia. Vivirlo ahí fue especial. Fue un aprendizaje más”.

¿Qué representan los Aguacateros?

“En principio fue una alegría… muchas veces me habían hablado de equipos de México y no se habían podido completar y luego viene la llamada de Gustavo Ayón. Aguacateros es un equipo, un proyecto que comenzaba a surgir y me pareció un buen proyecto para empezar. Fue una muy buena decisión; fue un proyecto sumamente competitivo. Fue un muy buen paso, lo disfruté. Me dejó un orgullo… como si hubiese sido un título para mí”

APRENDIÓ DE SCOLA Y GINÓBILI

En su cuenta de Twitter, Nicolás Casalánguida presume una fotografía peculiar. Se trata del seleccionado argentino que asistió a Río 2016.

Esa imagen es como un tesoro para el coach de Fuerza Regia. Porque el llegar a unos Juegos Olímpicos marcó un antes y después en vida, pero también el estar muy de cerca con leyendas del baloncesto argentino como Luis Scola y Manu Ginóbili.

“Es el mejor equipo de basquetbol al que tuve la oportunidad de pertenecer y va a estar ahí por mucho tiempo porque es un equipo que estuvo ahí en los Juegos Olímpicos de Río. Jugadores que han sido históricos para Argentina y para el mundo. Ginobili, Scola… muchos y, para mí, el Juego Olímpico significó un hito en mi carrera. Poder estar en los Olímpicos fue algo totalmente distinto a todo lo demás.Esa foto significa un momento, un hito sumamente único en mi carrera”.

¿Qué se aprende de ellos?

“Son jugadores de un coeficiente intelectual muy elevado y no solamente en el deporte. Son tipos que son muy curiosos de la tecnología, en cuestiones de liderazgo de cuestiones que son paralelas al deporte, personas muy empáticas, que solamente están pensando en lo otro, entonces son personas que son distintos en la cancha y distintos fuera de ella. Después híper profesionales, con un nivel de obsesión, con rutinas de trabajo tremendamente exigentes por ende, yo creo que de eso se aprende mucho más que de lo que se les enseña a pesar de que ellos son esponjas siempre”.

“Los dos obviamente con particularidades distintas, cuestiones finas, pero distintas cada uno. Manu es un animal competitivo, era una ser que su mirada se iba a otra esfera. Nunca vi a otro atleta del nivel de competitividad que generaba su mente y Scola lo mismo, nunca vi lo mismo".

AM


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