Los Golden State Warriors y los Boston Celtics se unieron este domingo en la previa del segundo partido de las Finales de la NBA para pedir el fin de la violencia por armas de fuego en Estados Unidos.
Los dos equipos vistieron antes del partido una camiseta con la frase "End Gun Violence" (Fin a la Violencia de Armas, en inglés) y sus entrenadores hablaron sobre la necesidad de aumentar el control sobre las armas, especialmente tras el asesinato de 19 niños y dos maestras en una escuela de Uvalde (Texas, EE.UU.) el pasado 24 de mayo.
"Creo que como liga sentimos de manera muy fuerte que es el momento de que la gente preste atención y tome partido en lo que debería ser un esfuerzo a escala nacional para limitar la violencia por armas", dijo este domingo Steve Kerr, entrenador de los Golden State Warriors.
"Hay maneras de limitarla. Hay leyes que están esperando a ser aprobadas, como el control de antecedentes (para comprar un arma). Hay cosas que podemos hacer que no violarían los derechos de la Segunda Enmienda pero que salvarían vidas", dijo en referencia a esa enmienda de la Constitución de EE.UU. que protege el derecho a poseer y portar armas en el país.
Por su parte, Ime Udoka, técnico de los Celtics, subrayó el valor de esta iniciativa para frenar una situación que está dejando "familias devastadas"
"Se necesita concienciación y se necesita hacer cambios", afirmó.
Figuras de la NBA como LeBron James también mostraron en las últimas semanas su tristeza y rabia por lo sucedido en Uvalde, aunque el discurso más potente y comentado sobre la violencia de armas lo dio en Dallas (EE.UU.) el propio Kerr en el mismo día de la matanza.
"Desde que salimos esta mañana del entrenamiento, 14 niños y un profesor (la cifra de víctimas subió posteriormente) fueron asesinados a 400 millas de aquí (644 kilómetros). En los últimos diez días, hemos tenido a ancianos negros asesinados en un supermercado de Búfalo, a feligreses asiáticos asesinados en el sur de California y ahora tenemos a niños asesinados en la escuela", explicó.
"¿¡Cuándo vamos a hacer algo?!", gritó.
Al borde de las lágrimas y con gesto de rabia en todo momento, Kerr apuntó que está "muy cansado" de hacer minutos de silencio y de presentarse ante los medios para "ofrecer condolencias a las familias devastadas" tras un tiroteo en EE.UU.
Además, Kerr arremetió contra los senadores republicanos que están en contra de reforzar el control de armas, a los que acusó de tener como "rehenes" a la población estadounidense solo para conservar su poder político.