El fútbol ecuatoriano amateur vivió una jornada trágica el pasado 15 de septiembre, cuando dos ataques armados durante partidos en distintas regiones del país dejaron un saldo devastador de dos muertos y dos heridos. Ambos incidentes, ocurridos en El Coca, provincia de Orellana, y en Santa Elena, han encendido las alarmas sobre la creciente ola de violencia e inseguridad que afecta incluso los eventos deportivos.
El primer ataque se produjo durante el partido entre los equipos Nuevo Coca y Chimborazo, que se disputaba en el cantón El Coca. Lo que comenzó como un partido más de fútbol local, transmitido en vivo por redes sociales, se convirtió rápidamente en una escena de terror cuando dos sicarios a bordo de una motocicleta irrumpieron en el lugar.
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En las imágenes difundidas por internet, se puede ver cómo uno de los atacantes desciende del vehículo y abre fuego, persiguiendo a su objetivo dentro del campo de juego. El pánico se apoderó de los jugadores y espectadores, quienes intentaron huir del lugar para ponerse a salvo.
Este episodio violento, que quedó registrado en video, causó un profundo impacto en la comunidad local y generó reacciones inmediatas por parte de las autoridades. Mariauxi Sánchez Sarango, asambleísta por la provincia de Orellana, utilizó sus redes sociales para expresar su consternación ante los hechos y exigir una respuesta contundente por parte del gobierno nacional.
"Ya no estamos seguros en ningún lado, hoy en medio de un campeonato interbarrial de fútbol, jugadores y familiares fueron sorprendidos por un intento de sicariato", escribió Sánchez en un mensaje dirigido al presidente Daniel Noboa y a la ministra del Interior, Mónica Palencia, pidiendo el fortalecimiento de las medidas de seguridad en la región.
Segundo tiroteo deja dos muertos y dos heridos
Horas después, un segundo ataque armado tuvo lugar en una cancha ubicada en el cerro El Tablazo, en el cantón Santa Elena, mientras se disputaba la final de un torneo Sub 50.
A pocos minutos de concluir el encuentro, dos individuos encapuchados irrumpieron en el lugar y desataron una ráfaga de disparos, dejando dos personas fallecidas y otras dos gravemente heridas. Las víctimas mortales fueron identificadas como Carlos Alfredo Ramírez Carranza, futbolista del Santa Elena Sporting Club, y Michael González, integrante del equipo Unión Futbolera. Ambos jugadores, que formaban parte del torneo, se encontraban presenciando la final cuando fueron alcanzados por las balas.
Este ataque conmocionó aún más a la comunidad futbolística y a la sociedad ecuatoriana en general. El cerro El Tablazo, escenario de la violencia, se convirtió en un lugar de duelo para los familiares y amigos de las víctimas, mientras que las autoridades locales se comprometieron a investigar el caso y llevar a los responsables ante la justicia.
La creciente inseguridad en Ecuador ha levantado serias preocupaciones sobre el bienestar de los ciudadanos y la vulnerabilidad de los espacios públicos, incluidos los eventos deportivos. Los dos ataques ocurridos en un mismo día subrayan la necesidad urgente de reforzar las medidas de seguridad y enfrentar de manera efectiva la violencia armada que afecta al país.