Con lágrimas en los ojos, Jason Kelce vio pasar los últimos segundos del que pudo ser su último partido en la NFL. Kelce se fundió en un abrazo con su coach de la línea ofensiva de siempre. Se quitó el casco tras el final del duelo — una derrota de los Eagles de Filadelfia que completó un derrumbe total en la campaña — y estiró su mano a gente conocida en las tribunas.
Lo que Kelce sabía en ese momento — lo que el tenaz centro no pudo decir cuando declinó hablar con la prensa tras a derrota — fue que su carrera había llegado a su fin.
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Kelce, de 36 años, había coqueteado con el retiro pero aceptó continuar en las últimas temporadas. El entrenador en jefe Nick Sirianni mandó un barril de cerveza a la casa del centro para convencerle de jugar en 2022.
Fue el alma de los Eagles, todo un ídolo del deporte en Filadelfia, un campeón del Super Bowl.
Pero luego de 13 temporadas, 156 juegos seguidos como titular y seis selecciones All-Pro, Kelme comunicó a sus compañeros que su plan es retirarse, confirmaron a The Associated Press al tanto de la decisión. Las tres hablaron el martes con AP bajo la condición de no ser identificados como respecto a la decisión de Kelce, la cual no ha dado conocer públicamente.
Kelce podría explicar su decisión el miércoles, cuando se difunda el nuevo episodio de “New Heights”, el podcast que tiene con su hermano Travis Kelce, tight end de los Chiefs de Kansas City. Los hermanos se enfrentaron la pasada temporada en el Super Bowl que ganaron los Chiefs.
“Le quiero. Obviamente no estamos en posición de hablar al respecto, pero es alguien especial y le quiero”, dijo Sirianni tras la derrota 32-9 ante Tampa Bay. “Es uno de los jugadores más especiales que he tenido. Siempre tendrá un lugar aquí y siempre querré que juegue”.
AM