En diciembre de 2019, los Bengalíes de Cincinnati terminaron la temporada con solo dos victorias y 14 derrotas, con lo que ganaron el derecho de elegir primero en el Draft del 2020. Fue ahí que comenzó un enorme cambio para una franquicia que ha sido conocida por ser perdedora.
“Soy de un pueblo pequeño, en la zona rural de Ohio. Creo que lo bueno del futbol americano es que puedes crear relaciones con personas con las que de otro modo no tendrías relaciones”, dijo Joe Burrow, quien creció en Athens, Ohio y que hoy está a un triunfo de darle a Cincinnati el anillo de campeonato con el que tanto han soñado.
Burrow es un mariscal de campo que no ha hecho otra cosa que ganar. En la temporada 2019, su último año colegial, ganó el prestigioso trofeo Heisman y lideró a LSU a una victoria en el campeonato nacional sobre Clemson, en ese entonces con el también talentoso Trevor Lawrence. En un lapso de tres años, Burrow tiene la posibilidad de ganar el Super Bowl y ser el primer quarterback que logra tres hazañas en la NFL. ¿Lo mejor de todo? Conserva la sencillez y mantiene los pies sobre la tierra.
“Solo llámame Joe. Lo que sea que alguien quiera llamarme está bien para mí”, contestó Burrow a una reportera que le preguntó qué apodo preferiría para él. Es claro que no quiere distraerse ni querer ser el centro de atención… solo jugar futbol americano.
Es por eso mismo que muchos consideran a este joven como el héroe que le hacía falta a los Bengalíes, pese a que muchos ponían en duda que quisiera llegar a un equipo que no se veía un plan claro ni una mentalidad para buscar grandes cosas.
"Ser de Ohio y ser el mariscal de campo de los Bengalíes es algo de lo que estoy orgulloso... Creo que como equipo estamos emocionados de poner un producto en el campo del que los fanáticos puedan estar orgullosos. Cuando iba en la escuela secundaria, recuerdo que muchos fans de Steelers y Browns se burlaban de los fanáticos de los Bengalíes y estamos emocionados de darles a los fanáticos el derecho de fanfarronear por primera vez en mucho tiempo”.
Pero Burrow jamás pensó decirle a los Bengalíes que no lo reclutaran, ni se negaría a jugar con ellos. Después de todo, estaba previsto que fuera elegido primero en el Draft y no iba a dejar pasar ese chance por nada del mundo. Además, su historial le jugó a favor: pese a crecer en un pueblo entre Cleveland y Pittsburgh, no tuvo afición por los Browns o los Acereros, sino por Nueva Orleans.
“Yo era fanático de los Saints en Ohio, un gran fan de Drew Brees, y nunca pensé en decirles a los Bengalíes que no me seleccionaran en el Draft. Ser la primera selección potencial fue emocionante para mí, nunca dejaría pasar esa oportunidad, ni de lejos”, dijo Burrow.
En este año, Cincinnati rompió con una maldición y ganó sus primeros partidos de postemporada en calidad de visitante. Es posible que el equipo no dimensiona todo lo que están consiguiendo… y quizás es buena idea que se quede así, para no perder concentración.
“Nunca hablamos sobre la sequía de postemporada (de los Bengals)… Tenemos un equipo muy joven que ni siquiera reconoce el significado histórico de lo que estamos haciendo”, consideró Burrow, quien se siente de la mejor forma cada vez que entra en el emparrillado. “Mi parte favorita es en el campo, tengo el balón en mis manos en cada jugada, y en el vestuario puedo cultivar relaciones con todos”.
MN