El estreno goleador con un doblete de Raheem Sterling, la redención del portero Edouard Mendy y el desacierto impropio de un delantero de la talla de Jamie Vardy permitieron la reacción del Chelsea en un triunfo de mérito ante el Leicester (2-1) repleto de sufrimiento, en inferioridad numérica durante una hora.
El cambio de dinámica esperado del Chelsea exigió un encuentro de superación por la incomprensible acción del canterano Gallagher a los 28 minutos. Con tarjeta amarilla, cortando un contragolpe desentendiéndose del balón y pisando un tobillo del rival. Dando un giro a un partido de pleno dominio local, con el Leicester encerrado y sin capacidad de respuesta.
La indolencia mostrada en la dura derrota ante el Leeds (3-0), demandaba un paso al frente que el Chelsea quiso dar desde el inicio ante su afición. Buscaba la contundencia, con Thomas Tuchel siendo un manojo de nervios cumpliendo ya la sanción en la grada de Stamford Bridge, viendo como sus jugadores perdonaban a Ward, brillante de inicio ante Sterling sacando con una rodilla la acción más clara.
Parecía que un penalti lo cambiaría todo, pero nada más lejos de la realidad. La acción, más que discutible, en el derribo de Loftus-Cheek tras resbalón de Tielemans, fue anulada desde el VAR por fuera de juego de Havertz. El Leicester, parapetado en su terreno, despertó desde el error de Cucurella. Sacó corto un saque de esquina y la intención de iniciar jugada del rechace, provocó un contragolpe que encontró la falta de cabeza de Gallagher para frenar a Barnes.
Al Chelsea le esperaba una hora por delante y el guion pegó un cambio de rumbo inesperado. Los de Brendan Rodgers despertaron de un letargo que se extiende en un pésimo inicio de curso, con pleno de derrotas en cuatro jornadas. Su paso al frente encontró el gol, anulado por falta en el salto de Barnes a Mendy dentro del área chica. El brazo en el cuello del portero, le impidió pugnar por el esférico antes de que Tielemans se lanzase para mandar el balón a la red.
Con los papeles cambiados, el Chelsea entregó el mando y busco la velocidad. Así apareció James por banda derecha y un disparo a la cruceta al borde del descanso, el primer momento en el que apareció un desconocido Vardy para perdonar la primera clara, rematando en semifallo un mano a mano ante Mendy tras ganar la espalda a los centrales.
Nada más arrancar la segunda parte los reajustes de Tuchel, la entrada al campo de Azpilicueta para aumentar la tensión competitiva de la zaga y la visión de Cucurella para encontrar a Sterling, adelantaron al Chelsea. El factor fortuna en el estreno goleador del nuevo referente 'blue'. Su disparo desde la frontal creó una parábola envenenada cuando lo desvió Amartey.
De la comodidad en contragolpes de Cucurella, con la acción de Sterling perdonada al poste tras rozar el balón con los tacos Ward, y lo que parecía la sentencia en el doblete del delantero, libre de marca en el segundo palo, tras un buen pase de James, se pasó al sufrimiento en 25 minutos finales en los que solo existió el Leicester.
Barnes encontraba lo que su partido merecía, devolviendo la emoción con un zurdazo seco, antes de que emergiese la figura de Mendy para enterrar su grave error reciente. Perdonó Iheanacho, los minutos brillantes de Ayoze no tuvieron el premio merecido porque el larguero repelió su disparo y Vardy perdonó todo lo que no debe para acabar lamentando el peor arranque posible de su equipo que no supo sacar provecho a su superioridad numérica.
MPP