Unos 10.000 agentes franceses, entre policías y gendarmes, estarán este miércoles movilizados en toda Francia para prevenir disturbios al término de la semifinal del mundial entre Francia y Marruecos, especialmente en la emblemática avenida de los Campos Elíseos de París, donde se esperan a unos 2.000 efectivos.
Así lo anunció hoy el ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin.
Este contingente de seguridad prácticamente dobla al desplegado en los mismos Campos Elíseos durante el sábado, cuando se clasificaron a las semifinales del mundial tanto Marruecos, que ganó a Portugal, como Francia, que doblegó a Inglaterra.
A esa celebración acudieron unas 20.000 personas. Hubo 100 detenciones y algunos actos vandálicos.
El debate de los posibles disturbios este miércoles llegó a la Asamblea Nacional francesa, donde el ministro Darmanin respondió a una pregunta de una diputada del ultraderechista Agrupación Nacional (RN).
"Hubo tres escaparates y tres motos vandalizados, solo eso", aseveró Darmanin, quien aclaró que entre los detenidos el sábado había muchos de nacionalidad francesa, dando a entender que la ultraderecha quiso exagerar los actos violentos de los marroquíes.
El ministro animó a las dos aficiones a festejar el partido de mañana en armonía.
Sin embargo, la diputada ultraderechista Laurence Robert-Dehault acusó de laxismo al Gobierno de Emmanuel Macron y recordó que la imagen internacional de Francia aún está muy dañada por el fiasco de la seguridad en torno a la final de la Liga de Campeones del pasado mayo.
Las fuerzas de seguridad francesas también estarán atentas a lo que suceda en otras ciudades galas con importante presencia marroquí como Marsella (sur) y Lille (norte), donde el pasado sábado resultaron heridos 13 policías y hubo ocho detenidos entre quienes salieron a la calle para festejar la victoria de la selección magrebí.
Jeanne d'Hauteserre, alcaldesa del VIII distrito de la capital -donde están los Campos Elíseos-, pidió a las autoridades que cierren mañana por la noche el acceso a la icónica avenida parisina para evitar incidentes.
El histórico encuentro de este miércoles, que enfrenta a dos naciones con complejas relaciones (Francia como antigua metrópoli y Marruecos exprotectorado), ha tenido tanta expectación que algunos ayuntamientos decidieron finalmente instalar pantallas gigantes, como el de Saint-Nazaire (socialista), Dijon (socialista) y Châteauroux (conservador).
La decisión de Saint-Nazaire ha sembrado la polémica, porque se interpretó como una rectificación al boicot a Qatar, criticado internacionalmente por vulnerar los derechos de los trabajadores, las mujeres y la comunidad LGTBI.
La Liga de los Derechos Humanos (LDH) censuró en un comunicado la actitud del alcalde socialista de Saint-Nazaire, David Samzun, que tildó de "lamentable e incomprensible".