Andriy Lunin se equivoca dos veces y provoca goleada de Rumania a Ucrania en Eurocopa 2024

El guardameta ucraniano, vital para el Real Madrid en la consecución de su última Champions, no tuvo un buen debut en la Eurocopa 2024.

Andriy Lunin disculpándose con la afición ucraniana / Agencia EFE
Alemania /

El debut en la Eurocopa de Alemania 2024 no fue el esperado para Andriy Lunin, estrella del Real Madrid en la última Champions League que sumaron a sus estantes, pero que en el torneo de selecciones estuvo irreconocible, cometiendo dos errores raros en él, mismos que desataron la goleada que Rumania le propinó a Ucrania comandada por Denis Man y Nicolae Stanciu, la cual se convirtió en el triunfo más amplio que han conseguido en su historia en grandes competiciones.

Este partido no significaba solo eso para los ucranianos, quienes asisten a su cuarta Eurocopa consecutiva enfundados en su bandera, expresiva y reivindicativa frente a la invasión rusa que sufrió su país antes del encuentro; es por esto que la derrota fue más dolorosa para un grupo clasificado a última hora a la cita europea, pero con una generación de jugadores con una mayor capacidad de la que demostraron este 17 de junio en Munich.

¿Cómo fue el partido entre Rumania y Ucrania en la Eurocopa 2024?

La derrota señala a Andriy Lunin como uno de los mayores culpables, y su gesto de frustración delataron que el guardameta piensa lo mismo, sin embargo, la culpa no fue únicamente suya, ya que el resto de sus compañeros en la defensa tampoco llevaron a cabo un gran trabajo para detener los embates rivales, tal como quedó claro en el tercer gol, en el que ninguno de los defensores hizo uso de su altura para cortar la posibilidad.

A la vez que su director técnico, Rebrov, nunca encontró la forma de oponerse al plan de sus rivales, perdiendo en el juego estratégico que sí ganó Rumania, quienes no ganaban en una Eurocopa desde el año 2000, cuando consiguieron su única victoria en la historia de la competencia frente a Inglaterra.

Entre las dudas disparadas de sus últimos cuatro amistosos (tres empates ante Liechtenstein, Bulgaria e Irlanda del Norte y una derrota frente a Colombia), cuando llegó el momento de la verdad demostró una preparación estricta y decisiva. Siempre supo cómo contrarrestar a su rival. También como ponerlo en jaque en ataque.

Desde el principio aplacó el ánimo de Ucrania. La esperó, la contuvo y la ganó terreno instante a instante. La controló y provocó sus errores. Al primero más visible, lo aprovechó. El lío lo inició Zabarnyi. Su cesión atrás, con una presión tan encima, no fue una buena idea. La calma con la que se lo tomó aún peor. El fallo, completo, fue de Lunin: despejó fatal.

Su defectuoso derechazo cayó en los pies de Denis Man, que lo cedió de inmediato a Stanciu. Su golpeo fue extraordinario. Por ejecución, potencia, precisión, sorpresa y resolución. Un golazo desde fuera del área, diagonal, a la escuadra, una parábola imposible para el portero del Real Madrid, víctima del error precedente, porque el tiro era imparable.

No lo fue el segundo gol. En un contragolpe, ya en el segundo tiempo, el balón suelto le quedó a Razvan Marin, que conectó un tiro más que atrapable para Lunin. Debía haber sido suyo. No debía haber sido gol. No lo alcanzó el portero ucraniano, rostro serio, apesadumbrado, demasiado inseguro. Entre ambos goles, su anticipación en un saque de esquina pudo ser otra concesión. El córner directo de Stanciu pegó en el larguero.

Tuvo mérito Rumania para ganarlo, más allá de los fallos ajenos. Rumanía siempre la sujetó muy bien. Consciente de la amenaza que suponen futbolistas como Dovbyk, Tsygankov o Mudryk, el equipo rumano trazó un plan táctico, de ayudas, orden y rigurosidad, del que resultó ganador en todo el encuentro. De principio a fin. Cada éxito defensivo fue jaleado por el equipo como un triunfo más en el recorrido hacia la victoria final. Inapelable.

El 3-0, incluso aún antes de la hora de partido, con el desborde sencillo del extremo Man, de los mejores, sino el mejor, del encuentro y con participación en cada uno de los goles, y el remate dentro del área pequeña, solo, sin oposición de Dragus, fue la confirmación absoluta de todo lo que se veía sobre el terreno, sin una sola ocasión de verdad de Ucrania, contra las cuerdas en el grupo E, devorada por la exigencia de la Eurocopa y dos fallos de Lunin.


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