Colombia demostró este martes que es una selección más sólida y fiable que Brasil. Los dirigidos por Néstor Lorenzo rascaron un empate en Santa Clara (1-1), alargaron su racha de invicto a 26 partidos y enviaron a la Canarinha a cuartos contra la temible Uruguay.
Un golazo de tiro libre directo de Raphinha ilusionó al equipo de Dorival Júnior, pero Daniel Muñoz dejó todo igual en el tiempo de descuento de la primera mitad de un encuentro primoroso -otro más- de James Rodríguez, que se multiplicó como los panes y los peces.
Los cafeteros se medirán en cuartos a Panamá, la gran sorpresa de esta Copa América de Estados Unidos, el próximo sábado, en Glendale (Arizona). Brasil volverá a Las Vegas para enfrentarse a Uruguay.
Colombia fue de menos a más en Santa Clara y anuló a Vinícius Júnior, que pasó inadvertido salvo para protestar. Ni rastro del futbolista que lideró la goleada sobre Paraguay.
El delantero del Real Madrid se perderá además el partido de cuartos por dejarle el brazo a James.
Fue un duelo eléctrico a la altura de lo esperado: trifulcas, entradas al límite, balones al palo y emoción hasta el final.
Salió más entonada la selección brasileña, con Raphinha, que recuperó la titularidad, y Rodrygo agujereando la banda derecha.
Vinícius pudo echar por tierra el buen arranque de los brasileños al dejar el brazo a James cerca del área. El 10, que tiene un guante de seda en la zurda, raspó el larguero en el lanzamiento de falta.
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El acierto que le faltó al mediapunta del São Paulo lo tuvo Raphinha en otra falta que coló magistralmente, también con la zurda, en el ángulo de la portería de Vargas.
Fue lo peor que le pudo pasar a los de Dorival, que se dedicaron a contemporizar. James por poco no empalma un buen centro de Arias y Davinson Sánchez encogió el corazón a los brasileños con un gol de cabeza anulado por fuera de juego. Tres minutos tardó el VAR en corroborar la decisión del juez de linea.
Y Colombia insistía. Otra vez James casi sorprende a Alisson en otra falta desde la banda. Brasil se olvidó de mirar al arco rival. Vinícius, desdibujado, bloqueado e inofensivo.
El partido cada vez estaba más inclinado para los cafeteros y en el tiempo de descuento apareció por sorpresa Daniel Muñoz para culminar una buena conexión entre James y Jhon Córdoba.
El empate dejó tocada a la pentacampeona del mundo. La salida de Lucas Paquetá por Andreas Pereira en el descanso apenas se notó.
Néstor Lorenzo también hizo un cambio estratégico. Sacó a Deiver Machado, amonestado, y metió piernas con Johan Mojica.
Raphinha intentó volver a meter a su equipo en el partido con otra falta bien colocada. Pero el principal problema de la Canarinha es que nadie apareció para ordenar el juego, reducido a balones a la espalda en busca de un fogonazo de Vini y un Rodrygo bastante mermado.
James siguió suelto entre líneas, recibiendo, mirando y poniendo balones al corazón del área. Dorival se desesperaba en banda, con el árbitro y con los suyos. Buscó revivir al equipo con Savinho y Endrick.
Tampoco funcionó. El equipo de Lorenzo siguió marcando el ritmo con 'olés' desde las gradas y hasta pudo remontar, si Santos Borré no hubiera mandado a las nubes un pase templado de Luis Díaz. El broche final lo puso Vargas desviando un tiro de gol de Pereira.
La Colombia de James sonríe, líder del Grupo D; la Brasil de Vinícius tiembla, le tocará bailar con la más fea; la Uruguay de Marcelo Bielsa.
RJ