El portero chileno Claudio Bravo seguirá siendo un año más el brazo alargado de su compatriota Manuel Pellegrini en el césped y uno de sus pilares en el vestuario del Betis una vez retirado el capitán, Joaquín Sánchez, tras anunciar este lunes el club bético que la historia común con el meta de Buin continuará hasta junio de 2024 desde que llegó a Heliópolis en 2020.
Claudio Bravo es más que un portero, que no es poco, está siempre en el verde y en el banquillo bético con el mismo nivel de identificación e implicación y el técnico de Santiago es sabedor del peso específico de su compatriota desde que le reclamó en el verano de 2020 una vez que había cumplido su exitoso ciclo en el Manchester City inglés.
El arquero de Viluco nunca ha levantado la voz y siempre ha estado al lado, casi como uno más del cuerpo técnico, de Pellegrini, del argentino Rubén Cousillas y del entrenador del porteros del Betis, Toni Doblas, en un dúo en el que en esta temporada ha tenido más peso y participación el portugués Rui Silva, con veintiséis partidos jugados frente a los doce del chileno.
El aplomo y la veteranía del de Buin, como él mismo se ha encargado de recordar, no lo "venden en la farmacia" y Manuel Pellegrini, zahorí de su plantilla, es sabedor y consciente de la importancia de gente como Claudio Bravo como peso pesado de su equipo junto a Nabil Fekir, Sergio Canales, el mexicano Andrés Guardado o el argentino Guido Rodríguez, entre otros que quedan tras la marcha de Joaquín.
Claudio Bravo, a sus cuarenta años, siempre ha salido como si llevara toda la temporada jugando porque es sabedor de que es un privilegiado que disfruta de lo que le sigue dando el fútbol y que le dará en su cuarta temporada en el Betis, colofón a una dilatada trayectoria que le sitúa entre los grandes cancerberos del fútbol europeo por sus años en la Real Sociedad, el Barcelona y el Manchester City.
El de Buin considera que una de las claves es "ordenar, comunicar a los compañeros para que no bajen la tensión y sacar el premio" y, pese a que juega poco y que en su tres años en Heliópolis sus números de 65 partidos se han visto lastrados por sucesivas lesiones musculares que lo han tenido en numerosas ocasiones en el dique seco, mantiene sus ascendencia en los entrenamientos y en el banquillo.
Claudio Andrés Bravo Muñoz, nacido en Buin el 13 de abril de 1983, comenzó a jugar en el Colo-Colo de su país natal, con el que debutó en la fase de grupos de la Copa Libertadores de 2003 y en el que jugó hasta que en 2006 fichó por la Real Sociedad, equipo en el que estuvo durante ocho temporadas y en el que sus grandes actuaciones llamaron la atención del Barcelona.
Premio Zamora de Primera y Segunda, Bravo recaló en el Camp Nou en 2014 y, dos años después, fue traspasado al Manchester City, en el que estuvo hasta que en el verano de 2020 fue llamado al Betis por su compatriota Manuel Pellegrini, quien ha tenido en el meta de Viluco a una de sus prolongaciones en el campo y uno de los pesos pesados de su vestuario: 'guardián de la galaxia', le ensalzó el club en su día.
MPP